Los escenarios llenos, León también... y aún quedan dos días de ritmo púrpura

Muchas son las virtudes del Purple Weekend, pero entre las no menos importantes habría que resaltar la tremenda capacidad que tiene para hacer de León todo un descubrimiento. Mencionada ya su programación diferente, cuidada y con licencia para asombrar —ese evento a medio camino entre lo popular y lo íntimo, lo castizo y lo cosmopolita, tan puramente ‘purple’—, los monumentos, los rincones, la historia y por supuesto la gastronomía de León se ven altamente beneficiadas del altavoz ‘sixtie’. Sólo hay que pasear y toparse con esa multiplicidad de acentos vascos, asturianos, madrileños, andaluces y hasta canarios para darse cuenta.

Sobre todo cuando el tiempo acompaña y el buen ambiente anímico y sonoro, también. Ayer, el ya tradicional desfile de moda —humor incluido, Miguel Ángel Barajas mediante— llenó por completo el Espacio Vías, y lo mismo ocurrió con el concierto de La Ruta y del resto. Barrio Húmedo, Barrio Romántico y plaza del Grano hormigueaban de gentes que, plano en mano, solicitaban a los leoneses ideas y recomendaciones. Un desembarco del todo impagable, con la que ha caído y sigue cayendo.

Pero el puente prosigue con música, película y conferencia, y en el terreno estrictamente sonoro hay que volver a decir que este año el festival no ha tenido suerte con los desplazamientos. Si anteayer la organización anunciaba que los miembros de Urge Overkill no habían podido tomar su vuelo en Chicago al tener dos de ellos sus pasaportes caducados (tocarán el martes), ayer informaban de los problemas registrados con el vuelo de Reigning Sound: su concierto será hoy por la noche. «Lo que nos está pasando este año nunca lo habíamos vivido y os pedimos nuestras más sinceras disculpas. Tanto este cambio como el de Urge Overkill son completamente ajenos al festival y creednos que ante este tipo de situaciones solo nos queda reorganizar el cartel», informaron, añadiendo que las entradas adquiridas en venta anticipada para ayer valen para hoy, y las de hoy, para mañana.

 

Y con respecto a los protagonistas de hoy, hay que decir en primer lugar que con Biscuit la historia acaba bien, con el grupo celebrando sus casi-bodas de plata en un momento enormemente dulce para ellos. Por fin la crítica parece haberlos detectado —tienen un nuevo y joven público que los adora—, y es que estamos hablando de que estos señores llevan dos décadas, y eso sin contar sus variopintas aventuras anteriores, encerrados en un cuchitril sacando lo mejor de lo que humildemente tienen: cuatro cuerdas vocales, dos guitarras, bajo y batería. Son, por ello, una banda en pleno control de sus facultades.

Por su parte, de Kurt Baker reseñemos que se adentró en el mundo del rock cuando con tan sólo 15 años decide fundar su primera banda, The Leftovers. Y que en 2010 emprende una carrera en solitario que le consagra como el mejor músico de power pop de su generación. Tras el lanzamiento de su segundo LP, Brand New Beat, se establece en España, dando comienzo a toda una vorágine musical que le lleva a compaginar su tarea en tres formaciones: Kurt Baker Combo, Bullet Proof Lovers y The New Trocaderos.

¿Y The Flight Reaction? Respuesta: que la aristocracia del garage lleva casi 30 años asentada en Suecia. Desde mediados de los ochenta, bandas como The Creeps, The Nomads, The Wyld Mammoths, The Sinners, The Stomachmouths... o, más recientemente, The Hives, Maharajas, Dee Rangers o Strollers, han sabido mantener a buen recaudo la pócima secreta. Y de las cenizas de algunas de las más emblemáticas (The Crimson Shadows, Gliojoteens y Maggots) surge hace tres años uno de los grupos más impactantes de la inacabable fabrica sueca, The Flight Reaction. Con cuatro singles en el mercado y un increible elepé en otoño del 2014, han sabido ganarse un sitio de honor en el ‘olimpo garagero’.

Por su parte, The Phantom Keys surgieron en un garaje del sur de Galicia y desde entonces han recibido los mayores elogios de parte de lo más destacado del sonido garage nacional y europeo: tienen la actitud e los Music Machine, el poderío instrumental de los Litter, el sentido psicodélico de los Seeds, la energía de los primeros Pink Floyd, las raíces de los Yardbirds y la elegancia de los Easybeats. El puente continúa en León, y la buena música también.

Divertido momento del muy seguido y ya tradicional desfile de moda sesentera.