EXPOSICIÓN
Hay un mar que es más alto que el cielo
l Espacio E presenta una instalación de Mikha-ez y Limorte.
La comisaria de la exposición, Úrsula Martín Asensio con los artistas Mikha-ez y Cayetano Limorte. cuevas
marcelino cuevas | león
En la peculiar galería de Pablo Martínez, en Espacio-E, se ha inaugurado una exposición sorprendente tanto por su complejidad conceptual, como por la sencillez de su realización. Se titula Hay un mar que es más alto que el cielo, recordando el libro del poeta Carlos Oroza. Se trata de una instalación en la que intervienen imagen, poesía, tiempo, lugar y sujeto.
La muestra tiene tres variantes. En la primera de ellas el joven artista Mikha-ez parte de nueve fotografías del cielo tomadas siempre desde la misma posición (Trobajo del Camino) durante el transcurso de un día. Hay después una placa de aluminio oro como elemento evocador de los destellos del sol, sobre la que se han grabado con laser nueve haikus de Cayetano Limorte. Finalmente, cada fotografía ha sido reproducida 190 veces, construyendo con ellas un bloque de 1.710 hojas de papel. Cada espectador puede llevarse una de estas hojas, obteniendo de esta interacción obra-sujeto una visión cronológica del desarrollo lumínico del cielo.
Explica Mikha-ez el por qué del número nueve en su serie de fotografías del cielo leonés. «Suelo trabajar siempre con series impares, cuestión ligada a un hipotético dinamismo que me genera cierta tranquilidad. Concretamente para esta primera serie del proyecto estuve desde las 9 hasta las 18 horas aproximadamente, un total de 9 horas, «recortando» esos instantes del cielo de Trobajo del Camino, mientras Cayetano paralelamente a mi hacer traducía su experiencia sensible del cielo en palabras».
Por su parte Cayetano Limorte ha basado sus poemas en el arte oriental del haiku. «El haiku –dice- es la poesía del instante, de la contemplación, del silencio, ligada a la percepción sensible de la naturaleza. Es por tanto una forma de escritura estrechamente ligada a la imagen, al contraste de imágenes, a esa sutil fractura que se produce entre lo que vemos y lo que sentimos. Decidí tomar todas estas ideas como punto de partida para desarrollar esta serie de textos que iban a ir ligados a esas visiones del cielo de Mikha-ez, pensando que finalmente esa esencia propia del haiku no podía estar en mis haikus, sino que sólo podría darse como tal entre el vacío que separa, y une, sus imágenes y las mías».
La profesora de la Universidad de Salamanca Úrsula Martín Asensio es la comisaria de la muestra y comenta sobre esta instalación: «Decía Adrian Piper en una defensa al proceso «conceptual» en el arte: ‘Para mí, las limitaciones que impone el hecho de tomar decisiones derivadas de mis gustos personales son absolutamente sofocantes. Decisiones tomadas con el criterio subjetivo de si me gusta o disgusta; todo esto no es nada más que un regodeo ególatra que limita aún más la posibilidad de compartir una visión artística, como si esto no fuese ya suficientemente difícil. Realmente creo que el arte verdaderamente bueno está siempre producido por muchas más cosas que tan sólo la personalidad del artista’».