Diario de León

Un leonés a bordo del Cock, el bar más culto de la corte

José Astiárraga está al frente del que fue templo de posmodernidad en la Movida El economista leonés ha conocido a Imanol Arias, Almodóvar y Francis Bacon .

El economista leonés y propietario del Cock, uno de los locales con más solera de Madrid.

El economista leonés y propietario del Cock, uno de los locales con más solera de Madrid.

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pacho rodríguez | madrid

«Ya he hablado con los espíritus del bar y me han dicho que al que se le ocurra cambiar algo que le corten un brazo». Hace treinta años eso fue lo que dijo José Astiárraga, leonés errante, actual copropietario del mítico Bar Cock de Madrid. Era la reunión de reapertura, y «había gente seria, como Elías Querejeta. Debieron de pensar la verdad: que estoy muy loco», cuenta. «Calculé mal, porque vine para dos años y llevo tres décadas», añade.

El Cock (en la calle Reina, 16, paralela a Gran Vía) es bar de solera, pero fue templo de posmodernidad en la Movida, por donde pasaban pintores, artistas, escritores, cineastas, periodistas, toda la gente del cine, y, casualmente, pocos músicos. «Aunque aquí se conocieron Alaska y Vaquerizo», remata Astiárraga para añadir otra muesca en la historia de este local de techos altísimos.

Como uno de los bares más antiguos de Madrid, Astiárraga, que es economista, «aunque lo mejor que soy es secretario», matiza, mantiene el espíritu del Cock, inaugurado en 1921, como un mandato. Una obligación que se entiende si entre los clientes de los años 50 había una chica de treinta y pocos que se llamaba Ava Gardner. Pero lo que él agitó fueron los 80. Y hasta hoy: «Ahora vienen hijos de los que venían entonces. Pero yo me quedo con sus padres, que se divertían más. Y a la hora de beber, mucho más selectivos».

El Gallo de Oro

Y si hace su propia memoria, este copropietario del Cock junto a su ex mujer Teresa Nieto, y Patricia Ferrer, y que ahora lleva el peso del local, recuerda que salió de León a los 17 años, «porque se me caía encima la ciudad», dice; se fue a un internado a El Escorial, luego de camarero a Suecia, y, finalmente, hizo Económicas en Sevilla. El resto es Madrid, el Cock y muchas cosas más. «Cuando me lo enseñaron para ver si me sumaba al negocio dije: este no es un bar, esto es el bar», recuerda, además de señalar que en tiempos de Franco tuvo el nombre censurado y reconvertido en El Gallo de Oro.

Para José Astiárraga recordar los 80 se resume en: «El que los vivió, si los vivió bien, no se acuerda de nada», asegura. Pero él sí tiene memoria para recordar cómo una noche en la que había muchos pintores, Ceesepe se quedó dormido y se les olvidó en el bar. «Sólo cuando llegó la señora de la limpieza pudo salir, que se llevó un buen susto, por cierto...», rememora.

Y si hace balance de su vida, este hostelero leonés en la capital recurre a la forma de vida sueca: «Pues sí estoy contento por haber elegido esta vida. Tengo un negocio con 10 trabajadores. Con momentos buenos y otros no tanto. Pero los suecos dicen que hay que ganar hasta aquí, no más, para poder vivir, para ser feliz. Y me parece una buena filosofía», explica José Astiárraga, que tiene un hijo de 18 años.

Otra anécdota que cuenta es la de cómo sólo una vez en la vida no le dejaron entrar en su propio bar: «Había llegado Simón Peres a España y le llevaron al Cock, y había tanta seguridad que no querían dejarme entrar ni a mí. Pero entré», aclara.

Por el Cock había habituales de la noche crápula como Imanol Arias, Almodóvar, El Hortelano, Francis Bacon... O más recientemente, hasta la familia real ha pasado por el Cock. Pero, entre anécdotas, lo que está claro para José Astiárraga es que quien esté al frente de un bar debe ser un guardián de los secretos. Un confidente. «No me gustan los que están detrás de la barra o dirigiendo un local y se dedican a cotillear lo que pasa. Lo que pasa en el Cock se queda en el Cock... A veces, el cliente viene con la guardia baja. Alguien ha discutido con su marido o con su mujer. O tiene problemas... Y necesitan contarlos. Y vaya que si te los cuentan...», explica, esgrimiendo una faceta de psicólogo que le convierte en aliado. Y para conseguirlo tiene una receta: «He ejercido la mala memoria. Mi ex mujer me dice: pero cómo no te puedes acordar... Y yo le digo: porque he ejercitado la mala memoria», reafirma. Y no, el Cock, pese al nombre, nunca fue un bar gay, como pensó George Clooney cuando le llevaron.

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