Diario de León

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rosario gonzález /daniel roldán | madrid

Puntualidad. Daba la 1.00 en el reloj y TVE fundía a negro para poner los créditos de una gala que cumplió horario a rajatabla por primera vez en muchos años.

El beso de la noche. Que Karra Elejalde y Dani Rovira tienen una complicidad especial, es evidente. Han hecho tres películas juntos y, en las tres, el actor vasco se ha convertido en el suegro del cómico malagueño. En un momento de la gala, los dos hicieron un juego de comparaciones para ver quién ganaba. Al final un «te quiero» provocó el momento más pasional de la fiesta: un beso en los labios entre los dos.

Doblete histórico. Hacía 30 años que una actriz no se llevaba a casa dos premios Goya por su trabajo interpretativo. El hito lo marcó Verónica Forqué en 1987, quien se llevó el de mejor Actriz de Reparto por Moros y cristianos y el de Mejor Actriz por La vida alegre , de Fernando Colomo. Entre los chicos, esto todavía no ha pasado. Suárez ya acumula tres ‘cabezones’. El otro lo ganó por El perro del hortelano que Pilar Miró dirigió en 1996.

El paro. Fueron dos las cifras que se repitieron y son las dos caras de una misma moneda. El vicepresidente de la Academia, Mariano Barroso, lo ha señalado durante la gala: el 92% de los actores no viven solo de su trabajo. Emma Suárez se ha quedado sorprendida al saber que ella estaba en ese 8% que puede subsistir con lo que gana delante de las cámaras.

Penélope, la ‘reina’ de Rovira. Tres galas lleva presentando Dani Rovira y tres galas intentando conquistar a Penélope Cruz. «Majestad», comenzaba su acercamiento a la actriz, para cambiar a un tono más serio, dolido. «En la primera gala te regalé mi coche, en la segunda lo vendiste y te fuiste con el de los huevos de oro (por Javier Bardem) y en la tercera ya no quiero saber nada de ti», le explicaba a la actriz un ruborizado maestro de ceremonias. Y sin más, comenzó a cantar un apasionado tema dedicado a Cruz, que superó el trance con una sonrisa permanente en la cara.

Yvonne Blake, Superman y el ministro. En un momento de la gala, la cámara enfocó al patio de butacas para encontrar a Dani Rovira, maestro de ceremonias, vestido de Superman. A su derecha, el ministro de Cultura, Iñigo Méndez de Vigo, a quien dejaron más o menos tranquilo durante la gala. A la izquierda de Rovira, la nueva presidenta de la Academia, Yvonne Blake, a la sazón una conocida y premiada figurinista por su trabajo en películas míticas como la de, precisamente, ‘Superman’. «Soy experta en paquetes», soltó la presidenta entre risas y con su marcado acento británico.

Tacones cercanos. Rovira no dudó en subirse en unos tacones y poco tardó en alabar el sacrificio que hacían sus compañeras al ir calzadas con semejantes zapatos y reiteró la necesidad de más presencia femenina en las películas, tanto delante como detrás de las cámaras. No obstante, Rovira no perdió la oportunidad para que Pedro Almodóvar le firmara sus zapatos rojos.

IVA cultural. La pasada edición, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Albert Rivera y Alberto Garzón se dieron cita por primera vez en la alfombra roja, donde vendieron su idea para España en un suerte de alegato electoral. En esta edición, y Pedro Sánchez ausente, Iglesias, Rivera y Garzón trataron de convertirse en el defensor único de la cultura, afirmando con vehemencia su apoyo a un sector con un problema endémico.

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