Diario de León

CULTURA

Con Amable Arias en el salón de casa

La palabra es epicentro de las tres nuevas exposiciones del Musac. La referida a Arias se extiende a Bembibre y al CLA

Los artistas Babi Badalov y Juan Cruz, y el comisario Jesús Palmero. JESÚS F. SALVADORES

Los artistas Babi Badalov y Juan Cruz, y el comisario Jesús Palmero. JESÚS F. SALVADORES

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e. gancedo | león

Los 660 libros —ni uno más. ni uno menos— que integraban la biblioteca personal del artista Amable Arias (Bembibre, 1927-San Sebastián, 1984) ya están cuidadosamente colocados en el Laboratorio 987 del Musac leonés. No son unos volúmenes cualquiera. Primero, porque reflejan la férrea voluntad de aprender, el autodidactismo absoluto, que caracterizó a Arias, en cuya biografía se vislumbran tintes dickensianos: accidentado gravemente por un vagón en vía muerta, apenas fue a la escuela en más de diez años; su padre le maltrataba con dureza y fueron sus visitas a la madre, que trabajaba en el guardarropa del Teatro Principal de San Sebastián, las que le abrieron la puerta de un mundo nuevo, fascinante y redondo: el de la cultura. A partir de ahí, la lectura, el conocimiento y la experimentación creativa constituyeron su día a día hasta convertirlo en lo que llegó a ser, un ‘artista total’. Y segundo, porque todos esos libros son también, y en cierta forma, auténticas obras de arte ya que fueron ‘intervenidos’ por el propio Arias.

Es uno de los rincones de La teoría de la anamnesis. La barrera contemplativa, la muestra dedicada en el Musac al miembro del célebre grupo vasco Gaur dentro de una ‘trinidad’ expositiva en torno a Arias que se completa, hoy, con la apertura de otra a las 17.00 en la Casa de las Culturas de Bembibre, y mañana, con una más, a las 13.00 en el Centro Leonés de Arte, ambas con visita guiada a cargo de su comisario, Jesús Palmero.

Artista plástico, dibujante, ilustrador, poeta, ensayista y hasta ‘creador sonoro’, la exhibición dedicada a Arias se enmarca en un amplio ciclo temático programado por el Musac desde finales de 2016 en torno a las confluencias «entre el verso expandido y las artes visuales». Ayer, junto a La teoría de la anamnesis se presentaron To Make Art To Take Clothes Off, de Babi Badalov; y Catalogue: It Will Seem A Dream, de Juan Cruz. Encargados de ofrecer detalles de las mismas fueron, además de Jesús Palmero, la directora general de Políticas Culturales, Mar Sancho; el director del Musac, Manuel Olveira, y el diputado de Cultura, Miguel Ángel Fernández —dado que las muestras sobre Amable Arias se realizan en colaboración con el Instituto Leonés de Cultura y el Instituto de Estudios Bercianos—.

Un nómada del arte

Acerca de Badalov, que acudió al acto con sus múltiples tatuajes a modo de ‘exposición humana’, los intervinientes destacaron cómo su obra supone «una exploración constante de los límites del lenguaje, con un especial énfasis en el modo en el que la lengua aísla a los individuos de una colectividad con la que no comparten el idioma». Badalov, nacido en Azerbaiyán de madre iraní y que se vio obligado a abandonar su país por razones políticas, piensa, emplea o está familiarizado, además de con sus idiomas natales (azerí, persa), con el ruso, turco, inglés y francés. Su obra multiforme y colorista, casi siempre hecha «por acumulación», como recordó Olveira, emplea materiales de lo más diverso, desde ropas y retales recogidos de barrios populares de las afueras de París, donde reside, reconvertidos en objetos artísticos plenos de mensajes con resonancias sociales y políticas, a pasquines publicitarios, pósters, recortes de prensa y cientos de cosas más.

Nómada forzoso —también su obra lo es, prácticamente cabe en una maleta—, Babi Badalov ha querido abrir su exposición a la participación de todos los leoneses, comenzando un mural con fotografías y motivos locales (la Biblia Visigótica, la basílica de San Isidoro) pero además temas de total actualidad, como alusiones a la actual polémica con la plaza del Grano —portada del Diario incluida— dejándolo después a disposición de cuantos deseen completarlo añadiendo su propia aportación.

En cuanto a Catalogue, de Juan Cruz —artista palentino residente en Londres desde los diez años—, Olveira se refirió al hecho de que es «un proyecto especialmente concebido para el Musac». «A lo largo de su trayectoria, Cruz ha empleado la escritura de modos muy diversos. Uno de ellos, del que parte y en el que se centra este proyecto, tiene que ver con aquellos textos escritos por él, desde los años 90 hasta hoy, que se refieren, se originan, acompañan o aluden a algunas de sus piezas más conocidas», transmitió sobre un montaje sobre todo basado en vídeos que exploran paisajes y elaboraciones en gran parte centradas en actividades y reflexiones cotidianas del propio artista. A partir de estos materiales, el Musac ha coeditado un libro de artista junto al sello Occasional Papers.

Y en lo que respecta a la triple exhibición sobre Amable Arias, que podrá visitarse hasta el 16 de abril en sus respectivas ubicaciones —las otras dos cerrarán el 4 de junio—, si la del Musac se centra en las bases intelectuales que lo hicieron posible como artista, la de Bembibre presentará al creador que intentaba hacerse un hueco en el mundo del arte y la del CLA dará a conocer un Arias que rompe con ese mercado y que se revela cada vez más libre, íntimo y audaz, todo ello hilvanado con detallados audios como los que grabó sobre su infancia —28 casetes— a modo de personales regresiones. El diputado de Cultura animó a recorrerlas todas como un viaje cultural, geográfico y sentimental.

En cuanto a los presupuestos, la triple muestra de Amable Arias ha costado 31.190 euros; la de Babi Badalov, 30.200; y la de Juan Cruz 33.421 euros (todas ellas incluyen publicación).

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