Diario de León

El mundo mágico de Amable Arias

El Centro Leonés de Arte y el Musac dedican sendas exposiciones al artista.

Jesús Palmero y Manuel Olveira en la exposición del CLA. CUEVAS

Jesús Palmero y Manuel Olveira en la exposición del CLA. CUEVAS

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marcelino cuevas | león

Para recibir la obra colorista y llena de optimismo del artista berciano Amable Arias en el Centro Leonés de Arte (CLA), el cielo se tiñó de un triste color grisáceo que no pudo impedir que las creaciones del singular artista brillaran con luz propia. Que, como comentó Luis García, «invitaran a la resurrección del hombre a través de su magnífica obra».

Jesús Palmero ha sido el comisario de la triple muestra que ocupa desde ayer salas de del Centro Cultural de Bembibre, el Musac y el palacete cultural de la calle de la Independencia de la capital leonesa. Explicó el comisario que «lo que puede verse en estas salas es un Amable más íntimo, más experimental. Son obras nacidas después de los años 70.

A partir de 1970 Amable se desligó del mundo de las galerías, del mundo de las instituciones culturales y se dedicó a realizar obra experimental. Son creaciones que no tienen ni la intención de ser mostradas en público. Y entre ellas destaca el inmenso rollo de casi cien metros de papel de seda en el que Amable Arias pintó infinidad de pequeñas formas que son como un original diario de su vida en aquel momento. En la exposición se muestra un cuarenta por ciento de este singular soporte. También es muy interesante el Libro de Artista, un objeto muy complicado de ver que consta de mil hojas dibujadas en papel de seda enormemente frágil. En esta exposición conocemos a un Amable que está muy cerca de lo leve, de lo más esencial de su discurso artístico».

Otra obra desconocida aquí, pero muy importante en su tiempo, es la Recreación de los Espacios Vacios, de 1963. Se presentó en el Ayuntamiento de San Sebastián, donde colgó cinco bastidores vacios, lo que generó una impresionante reacción a nivel social, fue una auténtica locura. En ese momento terminó de forjar su imagen de artista maldito que mantuvo hasta su desaparición.

La atención se trasladó después al Musac, con una exposición en el Espacio 987 que, comentó Jesús Palmero, «pivota sobre dos obras muy importantes, una es la última que hace en su vida, un precioso libro de artista que se titula Historia de Euskal Herria , que es en sí mismo un testamento vital. Se muestra abierto por una obra de teatro que él escribió y que Jorge Pascual representó en el CLA. Y la otra obra fundamental que se muestra en el Musac es su biblioteca. De ella se conservan 650 libros que están intervenidos, anotados, dibujados por él, subrayados de forma compulsiva. Amable fue autodidacta en todo, y fue con el tiempo construyendo una biblioteca interesantísima donde están escondidas las claves de su personalidad».

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