Poniendo color al Palacio del Conde Luna
Sus muros centenarios forman el nuevo espacio de la renacida Sharon Art.
Charo Rodríguez, responsable de la galería que ahora se ha trasladado a la plaza del Conde Luna. CUEVAS
marcelino cuevas | león
«Dicen que entre estos muros centenarios estuvieron el tribunal de la Santa Inquisición o el Banco de España. Desde luego, las distintas estancias del Palacio del Conde Luna son parte importante de la historia de León a lo largo de los siglos. Y ahora… ahora van convertirse en el hogar colorista y moderno de los grandes artistas que pertenecen a los fondos de Sharon Art». Así resume Charo Rodríguez la historia de la nueva ubicación de su galería de arte, la misma que hasta hace algunos meses figuraba en la calle de Dámaso Merino, con la Catedral al fondo.
La noticia para el mundillo cultural de la ciudad es, sin duda, la apertura de esta renovada galería de arte. Y lo más brillante de la historia es que en las antiquísimas paredes de Sharon Art cuelgan unos maravillosos lienzos de un cantante famoso y admirado. «Dicen que es cantante —comenta Charo—, todos conocen a Juan Pardo como cantante, pero yo opino que antes de compositor, músico y cantante, es pintor. Nada más tenemos que ver sus cuadros para darnos cuenta de que tras la figura de Juan Pardo hay una larga historia de artista plástico».
La nueva galería tiene dos pisos: al primero, a nivel de calle, en cuyo centro figura el trono, luminoso trono de Charo, que domina el espacio como si del trono de una intrigante duquesa renacentista se tratase.
El otro, bajando unas ‘pindias’ escaleras conserva las viejas piedras y una vetusta escalera que no va a ninguna parte, que se estrella y desaparece contra la realidad material de un poderoso muro blanco. «Detrás de esta pared —explica Charo Rodríguez— hay otras escaleras monumentales que conducían a las habitaciones del palacio...».
Y cubriéndolo todo, las coloristas obras de Juan Pardo, en las que el cantante… bueno, el pintor, ha retratado a muy diferentes animales de carga, desde los rústicos asnos zamoranos hasta los monumentales elefantes indios. Y todos ellos en su ambiente natural y acompañados de sus típicos cuidadores, de sus amos. Ciertamente los lienzos están resueltos con un extraordinario dominio del dibujo, con un sabio empleo de color y, sobre todo, intentado añadir una nota lúdica y amable a esos animales que en todas las partes del mundo han venido sirviendo y sirven de ayuda a los hombres.
Asegura Charo Rodríguez que la galería, a pesar de haber cambiado de ubicación, va a mantener la misma línea. «Procuraré seguir trayendo a artistas que se han distinguido en otras actividades pero que han terminado siendo pintores importantes, como Moncho Borrajo, Luis Eduardo Aute o Palomo Linares —asegura—. También procuro contactar con grandes artistas figurativos, como Capel, un auténtico genio de la pintura taurina. O con una larga serie de artistas asturianos que han demostrado sobradamente su gran calidad».
Y la próxima noticia, en la nueva Sharon Art, será una gran muestra colectiva en la que Charo Rodríguez intentará dejar claro quienes son los artistas más destacados de su conocida galería.