Diario de León

Graham Greene viajó a León como espía en 1977

El profesor Carlos Villar Flor ha reconstruido en un libro el periplo del escritor británico por España. ‘Viajes con mi cura’ rescata su paso por esta provincia

León

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A Graham Greene le robaron en León. Viajó a esta provincia en 1977 y no solo como turista, sino como informante del servicio secreto británico. El autor de El factor humano realizó quince viajes a España entre 1976 y 1989 y aunque siempre había declarado que había dejado de trabajar como espía tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, lo cierto es que durante trece años, tras la muerte del dictador Franco, informó sobre una España que iniciaba la senda de la Transición. Así lo cuenta el escritor y profesor de la Universidad de La Rioja Carlos Villar Flor (Santander, 1966) en su libro Viajes con mi cura . El título alude al cicerone de Graham Greene, el sacerdote Leopoldo Durán, un cura gallego de la diócesis de Astorga, quien, gracias a la tutela del obispo Briva Miravent, fue enviado a estudiar literatura inglesa a Londres. Había cursado Humanidades en el Seminario de Orense y Filosofía en Villafranca del Bierzo, alternando la docencia en Astorga y Ponferrada.

En el King’s College centró su tesis de licenciatura sobre El problema del pecado y de la gracia en Graham Greene, con quien contactó en numerosas ocasiones. Greene «aprovechó que tenía este admirador para su primer viaje en 1976», explica Villar Flor.

«La relación inicialmente fue interesada, pero con el tiempo Leopoldo Durán se convirtió en un gran amigo y confidente de Graham Greene».

A León llegaron el 16 de julio de 1977, procedentes de Salamanca, la ciudad española favorita del autor de El tercer hombre, gran admirador de Unamuno.

VIAJE EN UN 850

En el Esla habían hecho un alto para almorzar y fueron sorprendidos por un fugitivo, que les robó los zapatos. Así que lo primero que hicieron al llegar a la capital leonesa fue visitar una zapatería de la calle Burgo Nuevo. Luego fueron a la Catedral, que fascinó a Greene. Al día siguiente, en un Seat 850 emprendieron camino hacia Astorga

Según Villar Flor, inicialmente a Greene le interesaba especialmente el País Vasco, «pero le decepcionó», así que en los siguientes viajes se dejó guiar por Durán, que sobre todo conocía muy bien León y Galicia. El espía británico quería palpar la opinión de la sociedad española y «también preguntaba mucho si España debía entrar o no en el Mercado Común». En el segundo viaje de Greene a España, que atraviesa León, «la literatura pasa a primer término y la amistad con el cura gallego ya es sincera». Cuenta el escritor cántabro que, cuando paga Durán, pernoctan en monasterios y posadas modestas. Así, en Villafranca del Bierzo, hacen noche en los paúles. Con destino a Orense, también hacen paradas en Cornatel y en el lago de Carucedo. «A Greene le gustaban los hoteles de cinco estrellas. Por eso, estuvo en más de una ocasión en el Hostal de San Marcos». En este viaje el autor de Nuestro hombre en La Habana —gran amigo de Allende, Torrijos y Castro— perfila un personaje parecido a Durán, una novela que además rinde homenaje a sus dos escritores españoles favoritos, Unamuno y Cervantes. Así publica en 1982 Monseñor Quijote. Sir Alec Guiness, el actor de las mil caras, rodó en la Catedral la película inspirada en esa novela, en la que uno de los personajes confiesa: «Cuanto antes salgamos de León, mejor».

A Graham Greene y a Leopoldo Durán les robaron los zapatos en la entrada de León

Tras la muerte de Greene en 1991, Durán publicó un libro con las memorias de su amistad, pero no incluyó una crónica detallada de estos quince viajes, que sí aparecen recogidos en sus diarios personales, legados tras su fallecimiento a la Universidad de Georgetown en Washington.

Se trata de 17 cuadernillos que Villar Flor ha estudiado en profundidad. «No son unos diarios personales, sino para la posteridad. Algunos pasajes son muy crípticos, con iniciales. En todos jura que no desvelará lo que no ha de ser desvelado».

Aún así, deja pistas que han permitido a Villar Flor descubrir que en todos los viajes por España Greene contacta con personajes relacionados con el servicio secreto británico, como una misteriosa mujer a la que siempre visitan en Portugal, una editora española que también es agente británica o el célebre editor Thomas Burns, uno de los primeros contactos de Greene en este país, al que había viajado en 1946 como agente de inteligencia. Greene había sido captado para el servicio secreto por Kim Philby, un agente que acabó trabajando para la Unión Soviética.

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