Quince años de Las Edades

Las Edades del Hombre, el proyecto religioso y cultural de las diócesis de Castilla y León, cumplirá el pasado mañana quince años de vida, consolidados en diez magnas exposiciones y seis millones de visitantes, donde el arte sacro se ha erigido en motor de evangelización y difusión del patrimonio histórico y artístico. Estos son los objetivos esenciales de una iniciativa pionera en España que han respaldado más de seis millones de visitantes y generado un amplio volumen económico en las ciudades donde ha recalado alguna de las ediciones iconográficas, la última de las cuales se celebra en Nueva York hasta el próximo 24 de noviembre. «Ha sido un camino realizado con mucho esfuerzo, trabajo e ilusión en beneficio del patrimonio de la Iglesia de Castilla y León», evoca desde Nueva York el comisario perpetuo y secretario general de la Fundación Las Edades del Hombre, Antonio Meléndez, uno de los partícipes en la puesta en marcha de este movimiento. Todo comenzó el 30 de octubre de 1987 con la firma, en el Salón del Trono del Palacio Arzobispal de Valladolid de un convenio de colaboración entre las diócesis de Castilla y León y la entonces Caja Salamanca (hoy Caja Duero), para impulsar una amplia tarea cultural durante cinco años. Consistía ésta en cuatro exposiciones en las catedrales de Valladolid, Burgos, León y Salamanca, rematadas con un congreso sobre arte y fe «para recuperar la memoria de nuestra identidad colectiva y las raíces cristiana de nuestra historia», así como para devolver a la región su estima «como creadora de arte e historia». Estos propósitos fundacionales plasmaron los obispos castellanoleoneses en un documento publicado en diciembre de 1987, todo ello bajo la supervisión del prelado de Valladolid, José Delicado Baeza, y del sacerdote José Velicia, a quienes Meléndez considera las «piedras angulares» de Las Edades del Hombre. «Si este proyecto salió hacia adelante fue porque José Delicado apostó por él y animó a que se incorporasen el resto» de los pastores de la Iglesia de Castilla y León en esos momentos, recuerda Meléndez, quien elogió también la figura de José Velicia, comisario de todas las muestras hasta su fallecimiento en 1997.