García-Alix afronta tiempo y sombra en su nuevo reto
El fotógrafo leonés alumbra una exposición con el artista plástico Ángel Haro en el Museo Lázaro Galdiano
EL Museo Lázaro Galdiano acoge una exposición firmada por el fotógrafo leonés Alberto García-Álix y el artista plástico Ángel Haro, dos creadores procedentes de universos creativos diametralmente opuestos, que han alumbrado una serie de piezas con el tema común del tiempo y la sombra.
Tiempo y sombra , comisariada por Begoña Torres, directora del museo, es un proyecto inédito que se podrá ver en el museo desde hoy y hasta de 2022.
La exposición es un diálogo que confronta los universos creativos de ambos artistas, con piezas que combinan distintas disciplinas: escultura, fotografía, pintura o vídeo.
La idea del proyecto nació en 2004, en una conversación entre ambos creadores una noche de invierno en París. Las obras, según Haro, nacen de la necesidad de «volver a pasar tiempo frente a las sombras».
Según la comisaria, con esta propuesta, ambos creadores «son capaces de adentrarse en un terreno que tiene mucho de inexplorado y de búsqueda personal y de tensión dialéctica».
El proyecto es a su juicio, una «correspondencia estimulante» y una apuesta «muy valiente» entre dos creadores.
Entre las piezas que han creado ambos artistas se encuentra una instalación, esculturas y varios collage que combinan técnicas como la fotografía digital con el dibujo de tinta sobre papel.
No se trata de una confrontación, no es un combate o un duelo, es un «cara a cara» que genera una intensa y genial complicidad, en la que cada uno cuenta con su propia voz. Aun trabajando desde naturalezas que pueden parecer opuestas y a pesar de ser plenamente conscientes del carácter necesariamente incompleto y solitario de la experiencia creadora, ambos están dispuestos a explorar caminos que no muchos más se atreven a transitar.
Con el tiempo y la sombra como motivo central, como soporte de su propuesta, son capaces de adentrarse en un terreno que tiene mucho de inexplorado y de búsqueda personal, de tensión dialéctica entre temas tan fascinantes como el doble y el espejo, la realidad y la ficción, el «otro» y el «yo», la noche y el sueño, la ilusión y el engaño, la memoria y lo inasible, en un juego constante entre diversas iconografías y lenguajes que se entrecruzan y yuxtaponen.