El Museo de Semana Santa renovará cada año su contenido

Luis Pastrana, director del Museo de la Ciudad -actualmente, estancado- ultimaba ayer el proyecto para tranformar el palacio del Conde Luna en sede del Museo de la Semana Santa. Pastrana, licenciado en Filosofía y Letras y ex jefe de prensa del Ayuntamiento, ya ha mantenido reuniones con los abades de todas las cofradías y ha realizado una preselección de aquellas piezas que los papones están dispuestos a ceder; fundamentalmente, objetos de orfebrería, tallas, bordados, banderas, matracas, maquetas, fotos... Un material que «se puede renovar después de cada Semana Santa», puesto que en los días de procesiones el museo se verá forzado a cerrar. Pastrana no se ha planteado pedir prestadas «joyas» a ciudades con desfiles procesionales históricos, como Zamora, Valladolid o Sevilla, porque, en su opinión, «los traslados son muy costosos». Así que, en principio, el Museo de la Semana Santa exhibirá los más valiosos «tesoros» de las cofradías leonesas. El asunto está tan avanzado que este mismo mes el alcalde podría tener sobre la mesa toda la documentación. Pastrana se encarga no sólo de elegir los objetos que se mostrarán en el nuevo museo, sino de la distribución de los espacios interiores del palacio del siglo XVI. Un trabajo que realiza sobre bocetos; en concreto, sobre los planos de la rehabilitación del inmueble que diseñó hace unos años el arquitecto leonés Mariano Sáenz de Miera por encargo de la Junta Mayor de Semana Santa y el Ayuntamiento. El Museo apenas aprovechará dos plantas del palacio, reservando el ático del torreón para almacén. En total, menos de 1.700 metros cuadrados, porque a esta cifra habrá que restarle varios metros para habilitar unos servicios y un ascensor. La limitación del espacio obligará a escoger únicamente las piezas más representativas. «Los abades han sido bastante sinceros. Saben perfectamente qué patrimonio tienen y cuál es musealizable», afirmó Pastrana, quien dejaba entrever que algunas cofradías pueden quedar fuera -posiblemente, las más recientes-. Pastrana no supo desvelar si el visitante cuando acceda al museo se encontrará con un recorrido cronológico de la Semana Santa o si las piezas serán ordenadas por cofradías. «Esa es la pregunta clave. Ahora mismo estoy con ello», dijo. Igualmente ignora si él mismo será el máximo responsable de este museo, cargo que debería compatibilizar con la dirección del Museo de la Ciudad, previsto en el antiguo consistorio de la plaza de San Marcelo, que únicamente abrió temporalmente sus puertas hace dos años para acoger una exposición en homenaje al arquitecto Juan Crisóstomo Torbado. No obstante, la apertura del Museo está pendiente de la restauración del inmueble. En una primera fase, el Ayuntamiento invertirá 60.000 euros en arreglos urgentes, pero el coste integral del palacio propiedad de la Fundación Álvarez Carballo -que ha cedido su uso por 75 años y una renta simbólica de un euro anual-, se eleva a 2,2 millones, que sufragarán el Ministerio de Fomento, las arcas municipales y la Junta. Monumento Nacional y Bien de Intéres Cultural, ha tenido múltiples usos, especialmente en los dos últimos siglos: café cantante, funeraria y almacén de frutas.