El escritor lacianiego presenta mañana «El reino de Celama» en el Club de Prensa de Diario de León
Los mundos de Luis Mateo Díez
No es el último acto, aunque «El reino de Celama» concluye una trilogía sobre el territorio imaginario que Luis Mateo Díez inició con «La ruina de
La literatura de Luis Mateo Díez es pura música, aunque los sonidos sean, a veces, las notas de un réquiem, porque Celama es el espejo no del esplendor del cielo sino de su ruina. Luis Mateo quería construir una metáfora sobre el crepúsculo del mundo rural y lo ha hecho a través de tres novelas magistrales, a las que da cuerpo ahora, en un único volumen, El reino de Celama. El libro es una deuda contraida por el escritor lacianiego con su pasado, con un mundo -el de su infancia-, condenado irremediablemente a la extinción. «No hay mendigos en Celama. Habiendo tanta pobreza sería un desdoro que algunos la profesionalizaran»... «Los pueblos pierden lo que les sobra, y lo que les sobra es casi siempre lo que no se justifica...». A pesar de que un «rayo» trágico atraviesa la trilogía, por la premonitoria extinción de Celama, hay en la novela un aliento de ironía, porque la verdadera tragedia no está exenta de humor; el mismo espíritu con que Luis Mateo confiesa sentirse en la RAE como un vecino de Celama. El espíritu del Páramo, La ruina del cielo y El oscurecer, los tres libros que el autor leonés ha dedicado a ese personalísimo universo ubicado en un «incierto» lugar del Noroeste, reúnen todo el bagaje literario de Luis Mateo, su pasión por los nombres, sus afinados personajes y el apego que tienen a una tierra que les hace ser como son, su pertenencia a una generación «perdida» donde la tradición oral marcaba profundamente la vida y, por encima de todo, su forma selectiva de elegir con precisión milimétrica cada adjetivo y sustantivo... Porque, parafraseando unas líneas de El espíritu del Páramo, la novela de Luis Mateo «dura el tiempo infinito e instantáneo que duran las cosas que se sueñan...».