Ponce: «Cuando sientes el cariño de la gentenoimporta lo quepueda ocurrir»

«Ha sido todo un detalle por parte e la afición. Aunque estuve hace poco en un festival, digamos que la reaparición oficial ante la gente de León era hoy, porque prácticamente hacía un año el percance (se cumple hoy, día 24) y estaba en el recuerdo de todos», dijo un emocionado Enrique Ponce nada más comparecer anoche en un encuentro entrañable con doscientos aficionados en las Tertulias Taurinas de León, que organizan diariamente en el hotel Conde Luna el Diario de León y el Club Taurino. «El público de León siempre ha sido muy cariñoso conmigo, hemos congeniado desde el primer momento y esa ovación al aparecer en la plaza ha sido muy sentida para mí. Yo creo que hoy hemos vuelto a estrechar lazos», comentó el diestro valenciano, que se emocionó aún más cuando confesó que «sentí algo muy especial al volver a la misma ciudad y al mismo hotel (el Alfonso V) y recordar que el año pasado dejé allí sin recoger mi habitación, con mi capillita y todas mis cosas». Así que en medio de esa estruendosa y sentida muestra de afecto, «cuando ves la entrega de la gente y el cariño que se te dispensa, no te importa lo que pueda ocurrir, porque en lo que piensas es en corresponder», explicó Ponce. Metidos ya en faena, detalló también el maestro su visión del ganado: «Los dos toros han tenido cosas muy parecidas. El de Alipio es un descaste que conozco muy bien. Tiene un toro agradecido que, si lo llevas por donde debes, acaba entregándose. El primero estaba muy rajado y, sin embargo, le hice pases muy largos y repitió una y otra vez. El segundo tenía fuerza, aunque perdía las manos y deslucía mucho. Pero la afición de León supo también interpretar al toro, porque enseguida vio que tenía algo dentro. Tuvo, como la tuve yo, paciencia para esperarlo y nos vimos recompensados», dijo el diestro de Chiva, que ayer volvió a llevarse del Parque cuatro orejas de dos toros que aparentemente no las tenían. Ponce confesó que había disfrutado de los dos toros, aunque reconoció que lo mejor fue «la primera tanda con la izquierda en el primero». Cariñoso también él con la afición, a la que premió con poses para fotografías, autógrafos, saludos, etcétera, también respondió a un pregunta de una joven tertuliana: ¿Qué tiene la muleta de Ponce? Él mismo: «Temple, ritmo y cadencia. Es algo que te da Dios y no sabes realmente por qué razón. Y luego tengo también un angelito cerca del corazón que me dice lo que debo o no debo hacer». Juan Posada, ex matador y crítico taurino, se incorporó ayer a la tertulia aliñada por Antoñete y dirigida por Manolo Molés, y coincidió con éste al algunas apreciaciones sobre el triunfador y su papel de ayer: «Lo de Enrique Ponce han tenido un contenido sentimental extraordinario y sus faenas han sido largas por el deseo de cumplir con el público de León, que sin duda lo adora». «Medio toro, medio pitón, medio trapío, medio cuajo. Es hora de que León exija más» MANOLO MOLÉS Crítico taurino