Diario de León

| Entrevista | Max Bragado |

«La Jonde tiene prestigio merecido, ganado con su trabajo y entrega»

El director de la Joven Orquesta Nacional de España, Max Bragado, a la derecha

El director de la Joven Orquesta Nacional de España, Max Bragado, a la derecha

Publicado por
Miguel Ángel Nepomuceno león
León

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Un afán de perfeccionismo y un desmesurado amor por su trabajo caracterizan la carrera de este músico en todo el sentido de la palabra, que fundó y dirigió durante 10 años la Sinfónica de Castilla y León. Hoy, a las 20.30 horas, vuelve a León, después de cuatro años de ausencia, para ponerse al frente de la Jonde, en el Auditorio, con un programa de los que, además de infrecuentes por estos pagos, crean afición. Los precios de las localidades son de tres euros. -La Jonde ha gozado siempre de un prestigio merecido y ganado a pulso a lo largo de los años, pero ¿Qué destacaría en especial Max Bragado de esta joven orquesta? -Sobre todo, su desmedido amor por la música, en el entusiasmo que ponen en la preparación de los programas y en ese incansable afán de superación y entrega total que siempre otorga la juventud y que les confiere ese halo de frescura en sus ejecuciones, que Dios quiera nunca pierdan para convertirse en músicos rutinarios. Un ejemplo lo tuve el otro día que tuve dos ensayos, uno por la mañana, con la cuerda y el otro por la tarde con el viento y la percusión. Bien, pues la cuerda, se reunió con sus líderes por la noche para continuar trabajando en lugar de irse de copas por la ciudad. Eso da una muestra de lo que estos chavales pueden llegar a ser y el esfuerzo y dedicación con el que se toman esta profesión. Una muestra de su talento es que en la Joven Orquesta Europea, el segundo país que la nutre de mayor número de instrumentistas es España. -De las dos obras que esta noche ponen en atril ¿Cuál ha requerido una mayor atención a la hora de prepararla por parte de director y de músicos? -Malher, lógicamente, requiere una atención especial por su dificultad pero no por eso hemos dedicado menos trabajo a Haendel, cuyos Fuegos artificiales , también presentan sus matices y sutilezas. Además, he querido que se interprete con toda la orquesta en lugar de la mitad que es como a menudo se suele hacer. Porque al rey Luis XIV no le gustaba la cuerda y quería algo muy grande con mucho ruido y mucho viento. Total que nació así, con 17 oboes doblando, 14 trompas, 15 trompetas, etc. Por lo que es una obra a lo grande, es decir a lo Barroco. Por eso, lo que vamos a oír es una suntuosa versión de estos Fuegos. No quise reducir contingente orquestal, porque a mi modo de entender esta obra es como te explico. -Desde que dejó la Orquesta de Castilla y León en 1999 ¿hacia dónde ha dirigido su batuta? -He estado dirigiendo orquestas como director invitado en EE.UU., Alemania con mi Orquesta de Frankfurt, con la que hemos estado de gira por varios países y ahora con la Jonde tengo actuaciones continuadas, iremos a Ronda con este programa y tenemos previsto salir al extranjero, además de los conciertos de España. En realidad, no he parado de trabajar desde mi partida. Y eso de ser director invitado en lugar de titular también tiene sus ventajas, la principal que no tienes que estar como un sargento de caballería encima de los músicos. - ¿Ha seguido la trayectoria de «su orquesta», me refiero a la de Castilla y León? -Muy poco, porque soy consciente del cambio radical que ha habido y no quiero ser parte de un subconsciente al verme seguir los conciertos. Se podría tomar, especialmente en Valladolid, en que estoy allí para ver como va su orquesta. El momento mío ha pasado, ahora hay otro director que tiene que hacer su labor y mi deber es dejarle que esté libre y cómodo desarrollándola. Mi relación con los miembros es buena, incluso he invitado a Carmelo, el primer clarinete, para que esté aquí con la Jonde, porque el cariño que le tengo a «mi orquesta» no me lo puede quitar nadie. Yo en estos momentos soy como el hijo pródigo que algún día puede volver al redil. -¿Qué quiere decir eso, que sería yo el que volviera? -Pues posiblemente sí. También te digo que el que crea que es imprescindible está muy equivocado. Y yo lo comprendí en su momento. -¿Cómo le comunicaron el cese? -Cuando me dijeron que comenzaba una nueva etapa de la Orquesta y que yo estaría como director invitado cuatro veces al año etcétera, etcétera, me di cuenta de que era una maniobra clara por parte del anterior gerente, Oller, para desviarme. Pero nunca me quitarán la labor desarrollada con la Orquesta como son algunas grabaciones únicas como las de Ginastera, en las que su mujer Natola interpretaba el chelo, que son únicas y que estoy tratando de recuperar los derechos para su distribución. -¿Conoce el Auditorio y ha seguido un poco la trayectoria de la Sinfónica Ciudad de León? -Lo conozco y me ha parecido excepcional, acústicamente y arquitectónicamente. Tal vez la madera un poco oscura, pero eso es pura cosmética. El resto me ha parecido estupendo para lo que requiere una ciudad como León. En cuanto a la Sinfónica de la ciudad, que dirige un gran violinista como es Dorel Murgu, creo que ha hecho un trabajo fantástico y los resultados están a la vista. Se nota en el repertorio que ha habido un duro trabajo.

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