Ignacio Encinas cantará cuatro días la ópera «Marina» en Valladolid

El tenor leonés Ignacio Encinas ofrecerá hoy la primera de las cuatro funciones de la ópera de Arrieta Marina que el Teatro Calderón de Valladolid le ha contratado para la presente temporada. Junto a Encinas, un elenco de cantantes nacionales e internacionales conforman una programación de lujo para esta obra de incuestionable tirón entre los aficionados a la lírica, que estará dirigida por un solvente maestro como Miguel Ortega, quien ya ha conducido varias veces al tenor y con el que, según él «se encuentra muy compenetrado». Encinas, que acaba de regresar de Niza donde ha cantado varias funciones de Tosca , es muy querido en los ambientes musicales de la capital del Pisuerga donde desde hace años ha tenido fieles seguidores. «Me encuentro como en casa, -dijo el tenor de Grajal- y eso siempre redunda en que las cosas vayan con fluidez y sin agobios. El público de Valladolid siempre me ha dispensado un trato especial y eso te hace estar más relajado». La agenda de Encinas, a quien la pasada semana Luis del Olmo distinguió con el micrófono de oro, está completa hasta el 2006, y cuando concluya en Valladolid viajará a Bélgica, e Italia para una serie de funciones de Payasos , Rigoletto , Tosca , Andrea Cheiner , antes de cruzar el charco y presentarse en el verano en el Teatro Colón de Buenos Aires con Turandot . «Lo cierto es que este año -afirmó-, no he parado de trabajar, y a veces echas de menos un poco de descanso para desconectar de los horarios de los vuelos, de la tensión de las tablas y darle un poco de asueto a las cuerdas vocales, que también lo están necesitando». Preguntado por la reciente muerte de un compañero suyo y grandísimo tenor, como lo fue Franco Bonisolli, manifestó que «además de un gran Ignacio Encinas amigo era un cantante generoso y abierto. Algo similar a lo que sucedió con Franco Corelli que nos dejó este verano. Fue uno de los grandes y voces como la suya nunca las vamos a recuperar. Han sido dos voces ilustres que como la de Hans Hotter que también nos dijo adiós, han marcado toda una época de la lírica».