Diario de León

Museo Catedralicio Diocesano de León 1397124194

Lo sublime se hace hábito a través del arte sacro

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Guzmán González - león
León

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Una vez que el paseo por la Catedral ha hecho las delicias de los visitantes, el Museo Catedralicio Diocesano abre sus puertas a todo aquel que ávido de colmar curiosidad e inquietud, se da cita en sus dependencias. El primer contacto con la visita viene a través del claustro, preludio de la muestra artística de uno de los mejores museos eclesiásticos. En las sucesivas salas uno puede contemplar la botería originaria del antiguo hopital de San Antonio Abad, una gran colección de códices, el Antifonario, el Libro de las Estampas, una selección de tejidos que van desde la época copta hasta el siglo XIX, así como ornamentos variados y un fragmento de tela del siglo XI, perteneciente a la arqueta que contenía los restos de San Froilán. Tras dejar atrás la sección dedicada a los tejidos, se erige ante el visitante una capilla preciosa, gótica de nave única, la primitiva capilla de San Juan de Regla, que custodia alguna de las piezas relevantes del museo, el armario gótico mudéjar y los cantorales, se exhibe una muestra de los miles que contiene la Catedral. Las obras de arte expuestas dejan espacio también para las creaciones contemporáneas, fundamentalmente pictóricas, de artistas leoneses en su mayoría, que amplían el abanico artístico donando sus obras al museo. Encontramos creaciones de Santos, Chamorro, Madalena Luque y Gloria Vázquez, entre otros, todos con un sentido trascendente acorde a la intención divulgativa de la fe que pretende el museo de arte sacro. Subiendo por la monumental escalera plateresca de Juan de Badajoz el Mozo se llega a la antigua capilla de Santa Catalina (siglo XIII), donde se erige la Sala de Piedra. Debe su nombre al conjunto de obras escultóricas en piedra, románicas y góticas, y restos de la antigua Catedral románica, principalmente relieves y obras de transición. Continuando la visita se llega a la Sala Capitular, con pinturas varias que tiempo atrás formaran parte del retablo del altar mayor, así como una muestra de pintura sobre tabla. Restos de retablos de iglesias, fechados en el siglo XV y XVI (artistas anónimos castellanos); una muestra de arqueología variada que va desde la edad de piedra al bajo imperio romano; parte de la sillería del coro, una de las más primitivas de España, obra de artistas flamencos; la arqueta obra de Enrique de Arce que contubo los restos de San Froilán, del siglo XV, plateresca; numerosas piezas de eboraria barroca y la colección de vírgenes, ejemplo de escultura mariana, sellan una visita sin parangón en la provincia. La singluaridad del museo se ve magnificada con el especial cuidado y distribución del mismo, el uso de la luz, la ubicación de las piezas, el acondicionamiento de las salas y el inestimable valor de las piezas que custodia. Mención a parte la dualidad entre el continente y contenido, obrando del conjunto una muestra artística sublime, merecedora sin duda de una visita.

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