Diario de León

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«Después de tres discos y tres giras esto ya no es flor de un día»

David y José Muñoz finalizan la gira de presentación de «¿La calle es tuya?» esta noche en el escenario del León Arena con entradas a un precio en taquilla de 20 euros

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Ricardo Suárez - león
León

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Debutaron, arrasaron el mercado, sacaron otro disco, volvieron a dar en la diana y protagonizaron una gira que parecía no tener fin. Tras un necesario y reparador año sabático, Estopa, formado por los hermanos David y José Muñoz, ha publicado ¿La calle es tuya? y se ha vuelto a meter en una vorágine que amenaza con minar su salud. Desde finales de mayo han ofrecido más de setenta conciertos por todo el territorio nacional, un espectacular tour que esta noche, a las 22,30 horas, finaliza en la Plaza de Toros de León. «Ya podemos hacer incluso balance», afirma David con el buen humor que le caracteriza, «han venido a vernos más de 600.000 personas. En cuanto a calidad, no es porque sea nuestro grupo, pero creo que tenemos una banda bastante impresionante, para el público y para nosotros mismos». Juan Maya (guitarra española), Angi Bao (batería), José Romero (guitarra eléctrica), Pancho Varona (bajo), Antonio Pérez (guitarra eléctrica y teclado) y Bandolero (percusión), forman el colectivo que acompaña a un dúo que asegura «ser el de siempre, cantamos unas treinta canciones, más o menos, y la gente pasa un rato agradable y divertido. Hemos hecho una selección, porque si cantáramos todo estaríamos más de cinco horas, y tampoco creo que eso sea lo suyo». La raja de tu falda, Me falta el aliento, El del medio de Los Chichos, Como Camarón, Tu calorro, Cacho a cacho, Vino tinto, Nasío pa la alegría o Partiendo la pana, son algunos de las canciones que forman parte de un repertorio en el que, naturalmente, tienen especial protagonismo sus últimas composiciones. Unos temas que han vuelto a atrapar a sus miles de seguidores. «No hemos notado ningún cambio, al principio de la gira teníamos un poco de miedo de que la gente se hubiera olvidado de nosotros, después de haber parado un año entero, pero el contacto con el público ha quedado renovado. Eso es lo más destacable, que la gente sigue estando ahí, donde les habíamos dejado. Después de tres discos y tres giras eso empieza a pesar, ya no es flor de un día». Responsables de haber rescatado del olvido la rumba catalana, «es como cualquier otro tipo de ritmo, sirve perfectamente para cantar poesía, no hace falta cantar 'caramelo, caramelo, caramelo' todo el rato», viven sin ningún problema las inevitables comparaciones que surgen de cuando en cuando. Ahora mismo se habla del asturiano Melendi. «No le conocemos personalmente, pero si a alguien le recuerda a nosotros es un orgullo, siempre será mejor que se fijen en ti que no ser tú el que se fija». Pero no todo es humor y buen rollo en el universo Estopa, recientemente han sido víctimas de un engaño del que han salido airosos y con la honradez y humildad que les caracteriza. «Para eso hay que explicar los entresijos de esto, porque la gente no sabe como funciona. En un concierto se cobra al principio, se paga a la gente y luego se actúa. Pues este señor no pagó, decía que tenía que ir a por el dinero a un sitio, se fue a por el dinero, el de las entradas que había vendido, el dinero de la gente en realidad, y no volvió. Se fue a por tabaco. Nosotros, en ningún momento, pensamos en no tocar, la gente no tiene porque saber estas movidas, no tienen ninguna culpa, ellos si que han pagado». Lejos quedan los tiempos en los que se deslomaban en una fábrica de Seat, una época que aún mantienen como punto de referencia en sus vidas. «Pastillas de freno es una especie de diario de ruta de todo lo que pasaba allí, está bastante bien explicado. Y encima rima (risas)». Pero si algo les ha quedado claro es que no van a repetir experiencias pasadas en el plano artístico. «Ahora no vamos a ir a América otra vez. Si quieres promocionar un disco puedes hacerlo poco, normal, mucho, muchísimo o inhumano. Cuando acabemos la gira no haremos ningún concierto más, no creo que sea saludable, además, hay que parar a componer», aseguran los poseedores de discos de oro en medio continente americano y flamantes fundadores de su propia compañía. Una decisión que no conllevará operaciones paralelas. «No nos vemos siendo ejecutivos de ninguna compañía». Lo que los hermanos Muñoz tienen claro es que van a volver a sumergirse en la composición utilizando el único instrumento capaz de alejarles de la Playstation; el pro-tool.

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