Diario de León

Los paisajes interiores de María José Castaño llegan a la sala Lucio Muñoz

Las obras de Castaño se muestran en la Delegación de la Junta en León

Las obras de Castaño se muestran en la Delegación de la Junta en León

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m. c. | león
León

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La exposición de la pintora burgalesa María José Castaño en la sala Lucio Muñoz de la Delegación de la Junta es una colección de pinturas, creadas entre 1997 y 2003, y articuladas en nueve movimientos pictóricos. Son series inspiradas directamente de su entorno geográfico. Su visión y percepción han ahondado en el carácter castellano con austeridad, haciendo síntesis de grandes recorridos estructurales, recogiendo texturas que evocan la paja recién cortada, el fango rojizo de la riada del Arlanza, o el silencio milagroso del monasterio de Santo Domingo de Silos que vive alrededor del ciprés más literario del mundo. Dentro de los distintos capítulos en los que se divide la muestra, explica Castaño que, por un lado, «nos encontramos con los recuerdos que me traje de Nueva York en forma de una larga serie de dibujos. Hay otro grupo que se llama Fábrica y sueño , que es el paisaje industrial del entorno donde yo trabajo, donde está mi estudio. Silos está dedicado al Monasterio, sobre todo el claustro y el ciprés. Perdido en el tiempo es una colección que nos remite a lugares de la memoria, en unas piezas de tonos fríos que nos llevan a imaginar ciudades. Más allá son evocaciones sinuosas e intemporales, una descripción en azules de lugares soñados. Donde acudo es un capítulo en el que figuran ensoñaciones del cobijo, del grandioso entorno natural que me acompaña, donde vivo. Azul y nieve , en grandes formatos, nos habla del frío. Por su parte, en Arena y mar , se muestran las costas cantábricas como dormidas en un sueño». La pintora advierte que, al final, «todo se convierte en un paisaje soñado que no tiene por qué representar un lugar concreto». Juega María José Castaño con las brumas, por lo que hay quien ha dicho que sus paisajes están perdidos en la memoria. «Me gusta lo antiguo, lo abandonado, la estación del tiempo. Por eso titulé así la exposición, En una estación del tiempo . Es como la naturaleza o la vida, siempre están acercándote y alejándote. Hay días de niebla, que serían algo así como una abstracción del paisaje y otros de una luz tremenda en los que se perfila hasta el último detalle». Las ideas de los cuadros de María José Castaño obedecen a algo real que ha vivido apasionadamente y que, captado por medio de los sentidos, libera mediante la plasmación artística. El resultado nunca es la realidad observada, sino un producto de su mente, una abstracción cargada de evocaciones de la memoria.

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