La sencillez de la belleza

Pensaban los griegos que a través de la belleza se puede llegar a la virtud. Y es lástima que en nuestro tiempo, tan falto de virtudes, el arte haya perdido el horizonte de lo hermoso, que muchos artistas estén consciente y obcecadamente ciegos ante la belleza. No vivimos épocas de sensibilidad, sino de estallidos sonoros, de destellos de color, de rupturas gratuitas. La belleza se descompone, se corrompe y muere ante la insensibilidad de quienes debieran ser sus guardianes, sus defensores, sus difusores. Pero aún quedan, perdidos en el tiempo, anacoretas que viven en un mundo aparte, artistas sensibles a todas las luces y a todos los vientos, que permanecen inmersos en universos interiores poblados de belleza. El catalán Narcís Serinyà, que estos días expone en Absenta Art, ha sido capaz de reconciliarnos con el arte, de trasladarnos a unos paisajes que salen directamente de los sueños e incuban la virtud. Son las suyas pinceladas de emociones que peinan sobre el lienzo, con inusitada delicadeza, las luces moradas de la memoria. Inspiración en la naturaleza En sus cuadros, auténticos remansos de paz, solamente una dulce tramontana enmaraña las cabelleras orgánicas de sus árboles de misterio. «Yo me inspiro en la naturaleza, pienso que la vida y la naturaleza están siempre llenas de sugestivos cambios que intento captar en mi pintura. Por ejemplo, hoy tenemos un día lluvioso, un día gris, si pinto un paisaje tendrá blancos, grises, nieblas¿ Si fuera un día luminoso de otoño, podría hacer un cuadro de colores más vibrantes. Básicamente mi trabajo se inspira en la naturaleza y en los cambios de luz que se producen a lo largo de las estaciones, a lo largo del día». Sus pinturas parten del silencio, y hay que entrar en ellos de puntillas para no romper el hechizo. No en vano son el reflejo directo de sus emociones, de unos sentimientos que el pintor expone sin ningún recato, con desvergonzada valentía. Son como ventanas abiertas al interior del artista, ventanas con impagables vistas a un escenario pletórico de belleza. «Hace años mi pintura era más abstracta, ahora mis cuadros siguen nuevos caminos que incitan al espectador a reinventar un posible paisaje. Por lo tanto pienso que mi pintura es figurativa, sin que tenga nada que ver con la óptica fotográfica, trato de reinterpretar la naturaleza de una manera evocadora, poética, misteriosa¿ pero siempre desde unas pautas que se mantienen en los confines de la figuración». El artista, que trabaja en el barrio barcelonés de San Andrés, parte de la sencillez a la hora de elaborar sus obras. «A la pintura hay que enfrentarse con una visión abierta, no quedarse bloqueados, porque en ese caso se crean fantasmas, se ven cosas que realmente no existen. Pienso que todo, en la pintura como en la vida, es más sencillo de lo que imaginamos». Lugar: Galería Absenta Arte (Gran Vía de San Marcos, 19). Horario: de martes a sábado, de 18.00 a 21.00 horas.