Diario de León

| Crítica | Arte |

La belleza plástica de lo infinitamente pequeño

La artista zamorana Concha Prada expone sus obras en la sala Lucio Muñoz de la Delegación Territorial de la Junta

Detalle de una obra de la serie fuego y humo de Concha Prada

Detalle de una obra de la serie fuego y humo de Concha Prada

Publicado por
Marcelino Cuevas - león
León

Creado:

Actualizado:

De la confusión puede salir la luz. La pintura ha entrado definitivamente en un universo de libertad. Se acabó aquello de moler los colores, de mezclar los pigmentos, de cuidar con mimo cada pelo del pincel, de calcular perspectivas, de perseguir escorzos imposibles¿ la fotografía y lo digital han volteado los basamentos artísticos y hoy se integran con pleno derecho en un nuevo concepto de pintura. Si en el siglo XIX la luz se encargó de descomponer la realidad, si en el XX la forma dio paso a la abstracción y a lo conceptual, el XXI es el tiempo de la libertad, el arte ha comenzado a fluir directamente de la imaginación del artista al soporte más directo que encuentre a su alcance, y la fotografía, con la ayuda inestimable de las técnicas digitales, tiene mucho que decir en este terreno. La zamorana Concha Prada se complace en jugar con objetos cotidianos, en enfocar con sus macro-objetivos los rincones más ocultos de su casa, en retratar el cocido, la sopa de caracoles, las alubias arrugadas o la maraña inescrutable de un plato de fideos. Pero la materia tiene poca importancia, Prada la convierte en elemento estético, la traslada a grandes superficies para acercarla a representaciones abstractas que tiene más de pintura que de fotografía en su concepto clásico. La artista es capaz de encontrar la belleza en lo minúsculo, su mirada atraviesa los límites de las dimensiones, magnifica la nada hasta reconvertirla. Y el mejor ejemplo es su último trabajo, su serie dedicada al polvo, en la que las diminutas partículas dan forma a un complejo entramado en blanco y negro capaz de emular las calidades de un clásico aguafuerte. Lo mínimo llevado a la grandiosidad estética. Y lo mismo sucede con un chorro de leche que se inscribe en el espacio con blanco trazo y con la increíble gestualidad de los grandes maestros de la abstracción. O con los caracoles o la sopa de cebolla, que ponen las notas más coloristas de la muestra que Concha Parada ha titulado Invisibles. Fuego y humo Mención a parte merece su serie dedicada al fuego y al humo. En ella estos elementos forman un maravilloso baile de colores y formas. Un simple fósforo, estallando sobre el fondo negro, brinda al ojo asombrado del espectador el destello increíble de una llama que danza vertiginosamente, mientras que el humo, con la dulce cadencia de sus curvas, pone un hermoso contrapunto gris. Y hay más danzas sugerentes y magníficas, una cuchara nadando como una sirena en un mar de natillas, o en el proceloso caldo en el que flotan sombras misteriosas. Cualquier elemento es válido para quién tiene en su poder todo el poder de una imaginación desbordante, y en sus manos las enormes posibilidades de una técnica depurada. Alguien ha dicho que las obras de Concha Prada se acercan mucho a la micro-fotografía científica, y es cierto, pero va mucho mas allá, su trabajo ataca directamente a los reductos de la belleza, de la emoción, de la poesía, elementos que solamente ella es capaz de extraer de esos microscópicos elementos en los que base buena parte de su obra. Los milagros son así, para que se materialicen solamente hace falta fe, eso sí, mucha fe¿ ¿y quizá un puñado de sémola? Horario: de lunes a viernes, de 10.00 a 14.00 y de 18.00 a 21.00; sábados, de 12.00 a 14.00 horas. Delegación de la Junta.

tracking