Cinco grafiteros de renombre llevan su arte urbano al Palacio de Don Gutierre

Es el momento de comenzar a hablar del graffiti con nostalgia. Cuando las galerías de arte y las instituciones comienzan a llevar a su terrero a los pintores de la noche, a los grafiteros que pintan en las calles desiertas con el alma en vilo esperando escuchar el sonido de las sirenas de la policía, avisada por cualquier vecino desvelado, este arte libre y trasgresor comienza su declive. Los ayuntamientos confinan a los salvajes artistas del graffiti a muros levantados para que den rienda suelta a su creatividad dentro de una reserva, sin molestar, con luz, taquígrafos e, incluso, con la presencia de algún marchante marchoso que ponga en valor sus trabajos. Ayer, el viejo barrio Húmedo, el Palacio de Don Gutierre, abrió sus puertas a la pequeña historia de estos artistas tan inconformistas como geniales, dentro de una exposición titulada Los tiempos del arte urbano, en la que a través de fotografías y de los documentados textos de Fernando Figueroa, se muestra el devenir histórico del graffiti desde sus primeros balbuceos hasta el momento actual e, incluso, se ha buscado a un selecto equipo de grafiteros para que muestren su manera de entender el arte en vivo y en directo. Alma Ramas, directora de de Annta Gallery, firma impulsora del proyecto, explica que han desarrollado una exposición de arte urbano, «que comienza con los cómic de los años sesenta y termina con el pos-graffiti». Según Ramas, «es toda una explicación de la obra de los artistas más consagrados dentro de este movimiento. Y al final de sala se podrá ver, hasta la noche del domingo, como trabajan cinco de estos jóvenes maestros, son ellos San, Sixe Art, Nano, Nuria y el Tono. Todos son muy conocidos en Europa y han trabajado en todo el mundo». «Nosotros queremos -dice- que la gente entienda que hay dos formas de hacer graffiti, la vandálica y la realizada con todas las características de un arte serio, sin romper la estética ciudadana. Queremos que el graffiti sea considerado como un tipo nuevo de arte, tan válido como los demás». Sixe Art, uno de los grafiteros invitados, comenta que a través de sus pinturas murales intenta expresarse, «Es mi forma de plasmar mis ideas, de crear, de componer¿ Yo pinto en la ciudad de Barcelona, donde por cierto las cosas cada vez se nos ponen más difíciles, el alcalde nos tiene muy castigados». Un mujer grafitera Nuria, única mujer del grupo asegura que «pinto en la calle, no me identifico con ninguna etiqueta, simplemente me considero una artista plástica y empleo la calle como soporte de mis obras». Esta grafitera dice que para ella en su trabajo «es muy importante la elección del lugar, intento que mis obras se integren en la arquitectura, en el entorno». «Creo que lo que hago tiene una cierta carga política y social, intento trasmitir algo al transeúnte que, de alguna manera, debe ser partícipe de la obra. Es un trabajo muy en sutileza, su fondo no es tan evidente como puede parecer a primera vista. Creemos que con nuestros graffiti ponemos en valor la ciudad, queremos trabajar en positivo con y por ella».