En un lugar de Expaña

RESULTA gratificante que una obra como En un lugar de Manhattan desembarque este año en León. Realizada por Albert Boadella y Els Joglars como un encargo de Esperanza Aguirre para conmemorar el año del Quijote, la obra se estrenó en el Teatro Albéniz para convertirse en una de las mejores lecturas de Cervantes y en una gran revisión del mundo actual. Parece mentira, pero es cierto lo que dice Boadella. España ha perdido en pocos años la esencia de su personalidad. No puedo expresarlo mejor que él: «Aquella herencia estilística y moral, mezcla de ideales góticos y caballerosidad cristiana, no sólo ha dejado de tener vigencia, sino que resulta imposible captar hoy analogías con el entorno inmediato». El director de Els Joglars realiza una crítica mordaz de la banalización fácil, embustera y burda que los pseudointelectuales hacen de los clásicos. Para ello se sirve del clásico por excelencia y, sentado junto a Cervantes (al que escucha en silencio), se ríe de la torpeza mendigante de muchas poses que pueblan la calle de la España actual. Es un diálogo con el pasado que da respuestas reveladoras para desenmascarar el presente. Es un regalo para el lector de El Quijote y una revelación irónica (también en eso sigue la estela del Manco) para todos los que aún no lo han abierto. Es una promesa de locura y la certeza del final que vivimos. Es un nuevo retablo de las maravillas para los espectadores de una España en la que la pureza de sangre se ha convertido en adocenamiento mental y corrección política.