Diario de León

Fotografías, carteles, fanzines y libros devuelven al visitante a la movida

Botines inaugura mañana una exposición interactiva de Radio 3

La muestra «25 años de Pop» es un paseo por el movimiento cultural que surgió con esta estética

Jesus Ordovás, director de «Diario pop», con el guitarrista de Juniper Moon en un acto en Ponferrada

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Artemio Martínez Tejera M. Pérez - león león
León

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Estoy totalmente de acuerdo con Eloy Algorri. Los últimos acontecimientos ocurridos en varias de las «joyas» arquitectónicas del paisaje monumental medieval leonés (Catedral, San Miguel de Escalada, Santiago de Peñalba, Santo Tomás de las Ollas, San Francisco de Villafranca del Bierzo, Ermita de San Pedro de Montes) han disparado la alarma social sobre la conservación y seguridad del patrimonio monumental medieval en Castilla y León, puesta de manifiesto en una serie de manifestaciones y actos simbólicos (como la iluminación de San Miguel de Escalada) que tuvieron lugar en León apenas hace pocos meses. Y no hay duda de que la situación que viven las ruinas de San Pedro de Montes es, con mucho, la peor de todas. Hace años se eligió entre salvar esta fundación fructuosiana del siglo VII o el monasterio de Carracedo. Y se eligió este último. Alguno tenía que ser. Pues si, pero ya va siendo hora de que le llegue el turno a San Pedro de Montes. Estamos a tiempo, pero necesita urgentemente que las instituciones pongan sus miras en la restauración de uno de los buques insignia de la historia medieval leonesa. No podemos permitirnos el lujo de que el conjunto monástico desaparezca y privar a nuestros hijos de conocer un mundo muy distinto al que, sin duda, vivirán. Hace ya casi una década que, de la mano de esa institución ejemplar que es la Fundación Santa María la Real (Aguilar de Campoo, Palencia), colaboré durante tres años en la elaboración de la Enciclopedia del Románico en Castilla y León, una obra de referencia por muchos motivos, no solo por su intrínseco valor científico. Gracias a esta iniciativa tuve la oportunidad de comprobar el estado de muchos edificios medievales leoneses (desde pequeñas iglesias rurales hasta grandes conjuntos monásticos) y de recibir de primera mano, las quejas y ruegos de los vecinos. «¿Es Vd. de la Junta? ¿No podría decir en León que la iglesia se nos esta hundiendo?», me preguntaban unos. «Hemos arreglado esta parte del suelo gracias a las aportaciones de los vecinos del pueblo, pero lo hemos dejado a medias ya que el dinero no alcanzaba para todo», afirmaban otros. ¿Quién es el 'culpable' de esta situación, además de la 'ancianidad' de los propios edificios? Pues en principio entiendo que los titulares y responsables de su conservación y utilización. En última instancia, la Junta de Castilla y León y los obispados de León y Astorga. No hay que «cargar las tintas» sobre los técnicos, que para hacer su trabajo cuentan con los medios que ponen a su disposición (siempre deficitarios); son, en mi opinión, los políticos y la jerarquía eclesiástica los responsables últimos de su estado de conservación (de aprobar los Proyectos de Restauración y conservación, de contratar los técnicos adecuados, de coordinar el trabajo de los guías y vigilantes de los edificios, de prever su sustitución en tiempos de vacaciones, a las que obviamente tienen derecho, etc.). La conservación y «restauración» de cualquier patrimonio histórico-artístico debe estar tutelado, ya sea por el gobierno central o por el autonómico, la Administración es la única capaz, por sus recursos, de velar por su «supervivencia», de garantizar su estudio y difusión, de garantizar su «supervivencia». En cierto sentido, la política en materia de Patrimonio Histórico-Artístico, tendría que ir en la misma línea que la política educativa, y al igual que se ha de garantizar la existencia de una educación pública y gratuita, la Administración, central o autonómica, ha de garantizar también la adecuada conservación de sus edificios históricos. Pero esta no puede, ni debe, ser una obligación exclusiva de la Administración, independientemente de la ideología política que prime en uno u otro momento; es también una cuestión de sensibilidad de la población, de la esfera de lo privado y, evidentemente, de la Universidad. La participación de todos estos agentes en la conservación, restauración, mantenimiento y difusión del gran patrimonio histórico-artístico leonés es la única solución. Y la actividad que, en ese sentido, está realizando la Fundación Santa María la Real de Aguilar de Campoo es, sencillamente, ejemplar. El 26 de agosto de 2006 este mismo diario publicó un artículo en el que aparecía una fotografía que nos muestra como «no» ha de tratarse un edificio con valor histórico, y máxime tratándose de un Monumento Nacional, como es el caso del templo del monasterium de San Miguel de Escalada. Una imagen que muestra uno de los espacios arquitectónicos más singulares del edificio, su porticum, utilizado como mero almacén, como mero depósito de herramientas y materiales de construcción, por los trabajadores de la empresa encargada de su restauración. Pero esta no es la primera vez que ocurre. En el Archivo Parroquial de San Miguel de Escalada se conserva un documento (Códice B, fols. 7v. y 8v. Caja Primera, Libro 2º) redactado por Toribio Fernández, prior de Escalada (1685-1701) en el que nos informa del estado en el que entonces se encontraba el edificio: «la iglesia está en ruinas... las puertas abiertas y entran los animales inmundos y desentierran los cadáveres... carecía de los precisos ornamentos para el servicio de la iglesia. Además, que los principales daños vienen de haber puesto las paneras y trojes del monasterio de Trianos en el claustro, atormentándose el edificio con el peso, ruido y batidero de los carros que entran a cargar y descargar...». Es decir, en 300 años, lo único que ha cambiado son los carros, sustituidos ahora por camiones y camionetas. Muchos se preguntan para qué sirve estudiar Historia. !!! Por favor, que los niños estudien historia, que nos irá mucho mejor, de verdad¿¡¡¡ Conociendo el pasado evitamos un mismo error en el futuro. Pero¿ Hace ya más de 20 años que la comunidad científica llegó a un consenso que el tiempo habría de convertir en papel mojado: los «Proyectos de Restauración y Conservación» presentados para actuar sobre edificios históricos habían de contar con un profundo estudio documental previo y habían de ser realizados por equipos multidisciplinares compuestos por arquitectos, historiadores del arte, arqueólogos, epigrafistas. Y esto, desgraciadamente, no ocurre con los Proyectos aprobados en muchas comunidades españolas. Pero el problema, insisto, no es que se aprueben proyectos con carencias, sino de aquellos que los aprueban sin conocimientos de causa, sin recurrir a los técnicos o estudiosos más competentes en el tema, que a veces, y todo hay que decirlo, no son los de más 'renombre'. Como bien saben, pues ha salido publicado en este mismo medio en diversas ocasiones, mi actividad investigadora se centra en la arquitectura alto-medieval castellano-leonesa, especialmente San Miguel de Escalada y Santiago de Peñalba, edificios a los que dediqué mi tesis doctoral, parcialmente publicada. Pues bien, las dos únicas personas vinculadas al patrimonio leonés, desde sus respectivos cargos en la Administración, y leoneses muy preocupados por su conservación desde hace muchísimos años, que se pusieron en contacto conmigo fueron el Director del Museo Arqueológico de León y el Arqueólogo Territorial de la Junta en León. ¿Soluciones? Las hay, desde luego. Y en mi opinión estas pasan por varios puntos. El primero «despolitizar» nuestro patrimonio, y para ello considero que la aportación privada, en colaboración con la Administración, la Iglesia y la Universidad (en este último caso en el marco de proyectos de investigación conjuntos), resulta fundamental. Sería necesaria la creación en León de una entidad a imagen y semejanza a la organizada por ese incansable protector del patrimonio, y verdadera «alma mater» de la Fundación Santa María la Real, que es José María Pérez, «Peridis»; existe la necesidad perentoria de contar ya con una entidad - ajena a los vaivenes políticos - dedicada en cuerpo y alma al estudio científico, catalogación, protección, conservación y explotación de nuestro patrimonio edificado; un organismo encargado de vigilar los cambios producidos en los edificios, auténticos «organismos vivos», y de velar por su correcta gestión material. Y la segunda un control mucho más exhaustivo de los Proyectos de Restauración y Conservación presentados. Que lo bueno sale caro lo sabemos todos. El coste económico nunca puede ser un factor determinante a la hora de seleccionar uno y otro proyecto, pues todos sabemos también que lo malo, al final, sale caro. Y hasta ahora lo ha sido. Sobre sus consecuencias a las pruebas me remito. Para conservar y restaurar hay que conocer. Ni San Miguel de Escalada ni Santiago de Peñalba corren, en la actualidad, peligro de derrumbe. También coincido plenamente respecto a esta cuestión con Eloy Algorri. Pero San Pedro de Montes si. He pasado muchísimos meses en Escalada, Peñaba y Montes. De los tres es, sin duda, uno de los más maltratados por el tiempo y por la acción del hombre. Tras sufrir saqueos, amortizaciones, incendios, robos, etc., los pergaminos y folios de su magnifica biblioteca, sin duda una de las más importantes bibliotecas monásticas hispanas, sirvieron finalmente para envolver bocadillos, y sus libros fueron a parar en su inmensa mayoría a hogueras que aliviaban del frío a los obreros. Por favor, evitemos que la simple desidia borre tan significativo edificio, vital para la identidad histórica del Bierzo. Y no me gustaría concluir estas líneas sin hacer alusión a tres cuestiones que parecen haber sido abandonadas por la Administración desde hace muchos años: la primera es la ausencia de una «Arqueología de Investigación» (si no sabemos es porque no queremos); la segunda que el patrimonio histórico-artístico es una fuente de ingresos económicos muy importante, el patrimonio como fuente de dinamización social: el futuro de muchos pueblos de Castilla y León va a depender en gran medida, o va a estar muy vinculado, a su patrimonio histórico-artístico (de esa casa noble blasonada, de esa iglesia, de ese monasterio) que, ante nuestra desidia, está desapareciendo poco a poco. Y la tercera y última, pero no por ello menos importante, es la visión del patrimonio como generador de puestos de trabajo, como fuente de riqueza. No se puede poner en duda que León tiene su patrimonio histórico-artístico mal explotado: ¿cómo se va a exigir que los visitantes que paguen una entrada por ver San Miguel de Escalada si este Monumento Nacional carece todavía de las más elementales infraestructuras (luz, aseos, etc.)? Necesita las infraestructuras acordes a las de un Monumento Nacional, que es lo que es. Y su integración en «Rutas Históricas» (como las existentes en otras comunidades autónomas) no solo ayudaría a su difusión y conservación sino que generaría una importante cantidad de puestos de trabajo y aumentaría los recursos económicos de muchas localidades. Algunos sabemos cual fue el pasado de nuestro patrimonio y todos cual es el presente. El futuro está por escribir, pero su realidad depende de lo que hagamos por él ahora. Si actuamos con cordura serán muchas las generaciones de castellano-leoneses, de españoles, de franceses, de alemanes, etc., que disfruten de edificios únicos que, desde la perspectiva científica, son estudiados en todo el mundo. Edificios y entornos que todavía tienen mucho que contar. Solo queda eso, actuar correctamente. Y, de verdad, en este caso, querer es poder. La sala de exposiciones del Edificio Botines acogerá desde mañana y hasta el próximo 30 de mayo la exposición multimedia e interactiva 25 Años de Pop con Radio 3 . La muestra es un paseo por los últimos 25 años de la música pop española y todo el movimiento cultural que acompañó a este fenómeno. Su objetivo es trasladar al público a la época de los ochenta, los noventa y los primeros años del siglo XXI, años decisivos en la historia de nuestro país. Recoge una significativa colección de fotografías, carteles, flyers, fanzines, discos, libros y materiales multimedia sobre la movida musical de los últimos 25 años. La exposición se divide en varios espacios, organizándose a través de material gráfico y de herramientas multimedia e interactivas que permiten al visitante descubrir la exposición en función de sus intereses, su conocimiento previo y su curiosidad. Propone además un acercamiento al patrimonio musical y cultural de la movida, evidenciando aspectos importantes de la evolución del género pop, que se ha transmitido a través de las generaciones y que forma parte de la trayectoria de la música contemporánea, con su propia identidad y unas características distintivas. Programas y videclips En diversos módulos con monitores y gafas de visionado individual se pueden ver programas de televisión de los ochenta y noventa, videoclips musicales y diverso material audiovisual sobre la riqueza creativa de esa época musical que se inició en los ochenta y ha llegado hasta nuestros días. Además, se pueden realizar audiciones de discos del momento e incluso atreverse a jugar a un trivial musical. 25 años de Pop con Radio 3 es una exposición que no dejará indiferente a ningún visitante. Esta exposición ha sido organizada por el Museo Interactivo de la Música y Radio Nacional de España Radio 3, estando patrocinada por la Obra Social de Caja España y contando además con la colaboración del Instituto Cervantes y de Playstation2. El pop que cambió hace veinticinco años el panorama de la música en España surgió, en buena medida, como una actitud punk de ruptura con el pasado inmediato. Así, ninguno de los miembros de Kaka de Luxe sabía tocar ningún instrumento, pero eso no les impidió subirse a los escenarios para expresarse con canciones que, poco a poco, fueron tomando forma conforme iban aprendiendo a cantar y tocar.

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