Diario de León

Será incinerado el lunes y el funeral será estrictamente familiar por expreso deseo del escritor

Muere Ramón Carnicer, uno de los grandes de las letras leonesas

Había cumplido 95 años en Nochebuena en la clínica Quirón de Barcelona, donde falleció de neumonía

Imagen de Ramón Carnicer tomada hace siete años en Ponferrada firmando ejemplares de sus libros

Imagen de Ramón Carnicer tomada hace siete años en Ponferrada firmando ejemplares de sus libros

León

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La muerte le sorprendió cinco días después de cumplir 95 años. Llevaba días ingresado en el hospital Quirón de Barcelona, tras sufrir una rotura de fémur. Finalmente, una neumonía ha acabado con la vida de Ramón Carnicer, uno de los grandes de las letras leonesas. Según confirmó ayer a este periódico su único hijo, Alonso Carnicer, el escritor será incinerado el lunes y no habrá funerales por expreso deseo del autor de Donde las Hurdes se llaman Cabrera. La noticia del fallecimiento de Carnicer sobrecogió a sus numerosos amigos y compañeros del mundo literario. El también escritor villafranquino Antonio Pereira apenas podía ayer articular palabra. Antonio Gamoneda, según testimonio de Alonso Carnicer, sintió muy profundamente la muerte de un amigo. «Era un maestro», dijo Pereira. Sin embargo, algunas instituciones, como la Junta, «obviaron» su brillante trayectoria literaria al marginarle este año del Catálogo de escritores de Castilla y León, tal vez porque el destino le había llevado a instalarse en Barcelona, donde jamás olvidó a su querida Villafranca del Bierzo. Porque le dolía León -como a Unamuno España- supo retratar como nadie las comarcas olvidadas, como La Cabrera. Doctor en Filosofía y Letras, es autor de cerca de una treintena de libros. En 1961 publicó el primero, Cuentos de ayer y de hoy, que le valdría el Premio Leopoldo Alas. Dos años después ve la luz Vida y obra de Pablo Piferrer, Premio Menéndez Pelayo. En 1968 se traslada a Nueva York, donde impartirá clases en la Universidad durante medio año. Resultado de su estancia en Nueva York, publicó: Nueva York, nivel de vida, nivel de muerte , en 1970. Ramón Carnicer (Villafranca del Bierzo, 1912-Barcelona, 2007) vivía en Barcelona desde el fin de la Guerra Civil, en cuya Universidad ha impartido Lengua y Literatura. En 1964 publicó el libro de viajes Donde las Hurdes se llaman Cabrera, donde retrata certeramente el tránsito de unas gentes por un mundo sin reloj y recoge el lamento de Justina, la mujer con hijos concejiles, quien le espetó desde un carro: «Vivimos como los animales del monte, a ver si se acuerdan de nosotros». Publica artículos periódicamente en La Vanguardia , así como varios volúmenes sobre el catellano. Entre sus obras destacan Las personas y las cosas; Ligeramente humano; Gracia y desgracia de Castilla La Vieja; Todas las noches amanece; y Friso menor. Casado con la catedrática irlandesa Doireann McDermott, sólo tuvo un hijo, Alonso, licenciado en Filosofía, viajero infatigable y profesional en la televisión catalana. «Ramón Carnicer es un escritor que maneja espléndidamente el idioma castellano. Y ha sido y es un hombre honorable, divertido, lúcido, sobrio, curioso, libre», así lo ha descrito el escritor César Gavela, amigo y biógrafo de Carnicer. «Un hombre que es un ejemplo moral. De independencia, de superación».

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