Diario de León

| Reportaje | Siluetas misteriosas |

Osos y dioses de piedra guardan la tierra omañesa

La revista comarcal «De Omaña» lanza la sorprendente teoría de que peñas con un inquietante parecido a ídolos y animales podrían ser obra de lejanos antepasados

Silueta de hombre de espaldas

Silueta de hombre de espaldas

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E. Gancedo - león
León

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Hasta ahora, Omaña era conocida por sus hermosos valles moteados de mantones de roble y pequeñas aldeas, por el humeante chosco y por el baile chano tocado al acordeón, pero no por albergar grandiosas figuras de piedra sorprendentemente parecidas a ídolos, animales y otros seres antropomorfos. Y es que la revista comarcal De Omaña acaba de dar a conocer, en su número dos, además de detalladas fotografías de espectaculares figuras, varios artículos en los que se especula con la posibilidad de que este sugestivo conjunto de seres fantásticos pueda ser producto de manos humanas y no de la caprichosa acción del tiempo y la erosión: tal y como escribe María Luz Melcón, directora de la revista, en ¿ Ídolos o peñas ?, «la lógica nos empuja a pensar que, dado el alto número de figuras de apariencia escultórica en una misma área geográfica, no parece posible tanta coincidencia por parte del azar y la casualidad. Por ello, mientras no se demuestre lo contrario, vamos a suponer y creer que estas sorprendentes, enigmáticas y extrañas figuras escultóricas omañesas son ídolos de realización humana y no simples peñas pintorescamente erosionadas». «Hace ahora once años que vi por vez primera dos ejemplares de esa especie de ídolos esculpidos en unas peñas de Omaña -cuenta Melcón-, y desde entonces di comienzo a mi investigación». Esa recopilación de imágenes y visita a los lugares objeto del estudio concluyeron con una catalogación de los mismos, agrupándolos en dos tipos: «Por su asociación con diversos descubrimientos arqueológicos omañeses, y por su forma y contenido, es decir, según la especie animal o tipología antropomorfa de las figuras representadas». Todas ellas, por cierto, ubicadas casi siempre en la cercanías del río Omaña, «en su cuenca baja y en la de alguno de sus afluentes, igualmente en la parte meridional de la misma cuenca». Otro artículo de la publicación, Osos de piedra en Omaña y culto al oso en Eurasia y Norteamérica , de Hernán Osorio, vincula las siluetas semejantes al oso con los cultos relacionados con este plantígrado desde el período Paleolítico.

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