Diario de León

EL INVENTO DEL MALIGNO

Obviedades

Publicado por
JOSÉ JAVIER ESPARZA
León

Creado:

Actualizado:

LA 2 retransmitía el sábado noche la final de la Copa de Alemania entre el Borussia de Dortmund y el Bayern de Munich. Era un buen cartel para los aficionados, en particular para esos irreductibles que seguimos disfrutando con el fútbol alemán. (Nota para curiosos. Borussia quiere decir Prusia en latín. Los equipos que llevan ese nombre -el de Dortmund y el de Mönchengladbach- no son de Prusia, pero es que en Alemania hay muchas cosas con el viejo sello prusiano; en el caso de Dortmund, concretamente, una cervecería, que es donde se fundó el equipo de fútbol. Lo de Bayern es mucho más fácil: significa Baviera, land cuya capital es precisamente Munich. No tiene nada que ver con el Bayer de Leverkusen, que debe su nombre a la conocida marca de aspirinas, fundada por Friedrich Bayer. Bien: prosigamos). La cosa es que tras un largo y denso partido, prórroga incluida, el Bayern terminó imponiendo su calidad y ganó. Pero lo prodigioso aún estaba por llegar: fue el comentario de Juan Carlos Rivero, que conducía todo desde Madrid. Y es que Rivero, a modo de epílogo del encuentro, proclamó, solemne: «Es una máxima del fútbol: al final, siempre gana un equipo alemán». Claro, hombre: sobre todo si los dos que juegan son alemanes, ¿verdad? Habría sido sorprendente que una final de la Copa de Alemania disputada por dos equipos alemanes la hubiera ganado un equipo español o kazajo, ¿no?, qué sé yo, el Getafe, un suponer. Para mí que a Rivero le pasaba precisamente eso: que seguía traumatizado por la derrota del Getafe ante el Bayern, y de ahí su interés en subrayar la fatalidad cósmica de que siempre gane

. La obviedad es un universo plano que suele esconder un plano oculto, una dimensión más profunda. Cierto que, a veces, cuesta descubrirla. Pocos minutos después de que Rivero nos dejara de piedra pómez en La 2, el ex futbolista Kiko Narváez, reconvertido en comentarista cotidiano de los partidos de La Sexta, avanzaba unos pasos más en dirección a la superficie. Había encomiado Salinas la probidad del árbitro, que acertó en una jugada difícil, y Kiko analizó: «Muchas veces, cuando se está bien situado es más fácil ver bien la jugada». ¿No es genial? Si uno está mal situado, la jugada se ve mal; por eso, y no por otra razón, se dice de alguien que está «bien situado» cuando está en un sitio desde el que la jugada se ve bien. Pero lo más notable es eso de «muchas veces»: la restricción deja entender que, otras veces, es mejor estar mal situado para ver bien la jugada, o que estás bien situado pero ves la jugada mal -pero, entonces, ¿cómo es posible decir que estás «bien»?-. Uno, como dice el refrán, es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras. Pero esto también es una obviedad.
tracking