Diario de León

EL INVENTO DEL MALIGNO | Entrevista | Ana García Obregón |

Gamberros «Sólo quiero ser una más»

Forma parte del elenco de bailarines en el programa de La 1 «¡Mira quién baila!» y asegura que hay «un ochenta por ciento de posibilidades» de que regrese la serie «Ana y los siete»

Obregón dice que tiene «tres años firmados» con la cadena pública

Obregón dice que tiene «tres años firmados» con la cadena pública

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JOSÉ JAVIER ESPARZA Coqui Zarranz - león
León

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NUESTROS CANALES han consagrado ya de manera casi unánime el género del programa gamberro. Es ese tipo de programa en el que un comunicador -o dos-, más o menos cómico, aborda un área de la actualidad -o toda ella- desde un punto de vista expresamente satírico y faltón. Al principio, el programa gamberro anidaba en la medianoche y tomaba por objeto la actualidad más o menos rosa o social. Ahora ha pasado ya al horario informativo y lanza sus dardos sobre cualesquiera aspectos de la vida diaria. El último en llegar ha sido Estas no son las noticias , un programa que presenta Quequé (Héctor de Miguel, de la cantera de El club de la comedia ) en Cuatro, a las ocho de la tarde. Estas no son las noticias se define así: «Un desinformativo donde la actualidad manda pero nosotros no le hacemos ni caso». El programa dura 45 minutos, lo cual probablemente es excesivo porque nadie puede ser gracioso durante tanto tiempo seguido. Eso no obsta para que por el camino nos dejen unas cuantas piezas notables ya sea por lo cómico, por lo esperpéntico o por lo valiente. Valiente es la palabra cuando el cómico mete el colmillo -así, el viernes- en un asunto como la elección de Los girasoles ciegos para representar al cine español en los Óscar: una historia en blanco y negro (moral) de escritor comunista bueno y cura fascista, libidinoso y, por supuesto, malo. «Qué original, ¿eh?», satirizaba el cómico. En realidad, lo que dijo Quequé es lo mismo que ha pensado la mayor parte de la gente que conserva la independencia de juicio: que la Academia del Cine no ha escogido tanto una película como un panfleto, y que precisamente la ha escogido por lo que tiene de panfleto. Lo llamativo es que esto no lo pueda decir nadie so riesgo de atraer sobre sí los rayos jupiterinos de la opinión hegemónica; nadie salvo, precisamente, el gamberro, o sea Quequé, al que su posición provee de una cierta inmunidad. En esto reside la mayor virtud del programa gamberro: en el grado de libertad que deja al comunicador. Como al bufón de antaño, también al programa gamberro de hoy se le permite decir lo que a nadie más se le tolera. Bien es cierto que los actuales sátrapas del audiovisual son menos indulgentes que los monarcas absolutos de otrora, sobre todo en materia de parné, y por eso Telecinco ha prohibido a Sé lo que hicisteis que use imágenes de ese canal. Pero incluso estas medidas son aprovechadas por el bufón para marcarse unas risas, y así, hemos podido ver a Patricia Conde protagonizando un par de excelentes números cómicos con el refugio de acudir a Telecinco a pedir perdón por sus pecados. Una reflexión al margen: cuando se recurre tanto a los bufones, es porque la libertad de los demás ha menguado. Ojo. Actriz y presentadora y bióloga, por supuesto. Ahora le ha llegado la hora del baile, donde ya había hecho sus pinitos en la juventud. Ana Obregón es una de las bailarinas de la séptima edición de ¡Mira quien baila! , el concurso de los lunes de La 1. Atrás quedaron los tiempos en que era reina de audiencias como protagonista de la comedia Ana y los siete , que emitía la misma cadena; ahora tiene que conformarse con ser una más entre el elenco de famosos del remozado concurso de Gestmusic, que la semana pasada venció a la ficción más poderosa, CSI , durante la franja en competencia. -¿Qué le ha llevado a presentarse al programa? -Mi amor por la danza. Para mí es un reto ponerme a bailar delante de toda España. Aunque no tengo que demostrar nada a nadie, llevo muchos años en el mundo del espectáculo. Sólo busco divertirme y mejor si es por una buena causa. -¿Le resultó fácil tomar la decisión de participar? -Mi único requisito para aceptar la oferta era saber quienes venían. Puse una única condición: que los concursantes fueran profesionales y no personajillos que buscan la fama. -Llevaba mucho tiempo alejada de la pequeña pantalla. -Sí, por circunstancias de la vida. Tenía muchas ganas de volver a televisión. Soy actriz y este es mi sitio. -¿Qué estilo de baile se le da mejor? -Ninguno en especial. Lo primero que me toca bailar en el programa es la salsa pero me apetece mucho el tango. Muero por ese ritmo. -Es la que más experiencia tiene entre los concursantes y de las más conocidas. ¿Cree que es la favorita del público? -Es verdad que he bailado mucho en mi vida, desde que soy pequeña. Pero esto no es una competición. Quiero que la gente disfrute viéndonos y que pase un buen rato. Me da exactamente igual quien gane. Además, aquí sólo soy una más. -¿Tiene talento para el baile? -Sí. Esto es lo mío, el sueño que he perseguido desde que iba al colegio. Y se me da bastante bien; cada uno sirve para algo. Yo sirvo para mover el esqueleto. Siempre bailo mucho en las discotecas. -Así que está preparada. -Estamos todos preparados, entrenamos seis horas diarias durante toda la semana. Casi ni podemos movernos de las agujetas que tenemos. Eso es buena señal. -Esta vuelta a TVE, ¿encierra algún otro proyecto? -Tengo tres años firmados con la cadena pero no puedo decir nada más. Ahora estoy en este proyecto, es lo único que me importa. Tengo algo a la vista tres proyectos como actriz y presentadora para el año que viene. -El de «Ana y los siete» es un regreso muy esperado, ¿está entre sus objetivos? -No diré nada sobre una segunda parte, aunque todo puede ser en la vida. Hay un 80 por ciento de posibilidades de volver a verla. -Si resultara ganadora. ¿A qué organización piensa ayudar? -A la fundación española de Síndrome de Down. Llevo años colaborando con ellos. Mucha gente se va hasta África para hacer obras de caridad pero en España también hay gente muy necesitada.

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