Diario de León

El estilo crítico y combativo es el hilo argumental que une sus obras

José Posada y Luis Melón, dos generaciones unidas por el arte

Las obras del desaparecido artista asturiano y del joven creador leonés dialogan en el CLA

Una de las creaciones del gran artista asturiano José Luis Posada

Una de las creaciones del gran artista asturiano José Luis Posada

Publicado por
Marcelino Cuevas - león
León

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El pintor asturiano, ya desaparecido, José Luis Posada y el emergente artista leonés Luis Melón comparten espacio en la doble exposición que presenta el Centro Leonés de Arte. A los dos creadores, al emergente y al ya clásico, les une el nada sutil hilo del arte combativo, los dos se enfrentan a su realidad vital con ira. El asturiano desde sus visiones macabras muy al estilo del tenebrismo mexicano, y el otro desde una postura militante que le enfrenta a los recuerdos históricos del nazismo y del imperialismo yanqui. José Luis Posada vivió los horrores de la Guerra Civil en España y esto marcó sus principios éticos y estéticos. Acabando la contienda atravesó con su familia, de raigambre republicana, la frontera con Francia, para encontrarse allí con el horror de los campos de concentración en los que fue internado junto con sus padres y hermanos. Después vendría el exilio que le llevó a Cuba. Sus primeros pasos en el arte le permitieron frecuentar las revistas y periódicos de la época haciendo caricaturas e ilustraciones. Después realizaría escenografías para el teatro y la televisión. Sus ilustraciones le harían famoso en el mundo, consiguiendo varios premios de carácter internacional. Después de un breve regreso a España, falleció en Cuba en el año 2002. En el CLA podemos ver una interesante colección de obras que muestran su magnífico trabajo como litógrafo y que pertenecen a las series Todavía , Sueño , Barroco , Habanera , Zancudo y Dogo , realizadas todas ellas en el Taller Experimental de Gráfica de la Habana, del que fue director. Según se puede apreciar en estas inconformistas litografías, Posada tiene una importante deuda con los grabados de Goya y con las agrias representaciones de la imaginería popular mexicana. Pero todo ello adobado con una peculiar ironía, con un toque de humor extremadamente sutil. En las litografías del pintor asturiano hay un mucho de crítica descarnada y un poco de sueño, y cuando su lápiz busca lo onírico, el artista se encuentra con la poesía y el misterio. Cuba, el país de la magia En el año 2000 decía Posada a la periodista cubana Estrella Díaz: «Me interesan especialmente la fantasía, la magia, el hombre, el hombre mágico; a mí el hombre no mágico no me dice nada, a mí me interesa la magia. Por eso me siento tan bien en Cuba, porque Cuba es un país que, afortunadamente nunca saldrá de la magia. Porque vive con ella». Por su parte, Luis Melón inaugura un nuevo espacio del CLA, una pequeña nave, aparte del edificio principal, en la que los jóvenes artistas leoneses van a tener, por así decirlo, su sede social, si antes, claro está, no encontraron acomodo en el Musac. Melón es un kamikaze con mucho que decir, y lo expresa a través de los más variados y atrevidos modos artísticos. Cuando explica su exposición comienza por una alegoría al dinero, como sucede con una mínima moneda de cincuenta céntimos de la época franquista que un troquelador contestatario troqueló con el yugo y las flechas mirando hacia abajo, como alegoría de la caída de la dictadura. La pequeña moneda, magnificada por una lente, está rodeada por auténticos denarios imperiales. Otra de sus obras es el brazalete, también auténtico, de un prisionero judío en los campos de concentración alemanes que figura en un cuadro con el fondo naranja, el mismo color de los monos que obligan a ponerse a los prisioneros de Guantánamo. La tragedia y la sinrazón se repiten. Hay en su pequeña muestra una alegoría a España a través de la figura del Rey, que Melón convierte en una calavera que alude al colonialismo ideológico que poco a poco corroe a este país. Y una cita a la muerte y las respuestas que un programa digital da a las más variadas preguntas a través del Torá judío. Gritos en el desierto que Melón traslada, incluso, a la poesía. Horario: Laborables de 11.00 a 14.00 y de 18.00 a 21.00 y festivos de 11.00 a 14.00.

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