Diario de León

Divulgador y columnista

«Hacen falta dos generaciones para que León sea autonomía»

Presidente de Plataforma Pro Identidad durante los apáticos años noventa, presenta hoy «La lenta agonía de la identidad leonesa», una recopilación de sus más reivindicativos artículos

Máximo Calvo (Gradefes, 1932) incluye un centenar de artículos, muchos publicados en el Diario

Máximo Calvo (Gradefes, 1932) incluye un centenar de artículos, muchos publicados en el Diario

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E. Gancedo - león
León

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Mantuvo la llama del leonesismo social durante una etapa especialmente abúlica, la de los años noventa, marcada por el pesimismo y la pasividad ciudadana. Consiguió, después de innumerables esfuerzos, que PP y PSOE (con Zapatero como secretario provincial) firmaran un mínimo «acuerdo por la identidad leonesa» que ni uno ni otro cumplieron. Y hoy a las 20.00 horas, en la sala Región (calle Santa Nonia, 3), presenta su recopilación de artículos La lenta agonía de la identidad leonesa (editorial Lobo Sapiens), acompañado por Antonio Barreñada y José Antonio Martínez Reñones. -¿Por qué muere la identidad leonesa? -El mal radica en nosotros mismos, en los propios leoneses, que aún no hemos sabido proyectar colectiva, solidariamente, nuestra propia identidad cultural, nuestra identidad como pueblo. Pero es verdad también que hemos estado sometidos, durante toda la Historia, a fortísimas presiones exógenas, castellanas en gran medida, en la última etapa. -Pero, ¿qué pueden hacer los propios ciudadanos de esta tierra para impedir que les sigan llamando lo que no son, es decir, castellanos? -La gente piensa que diciendo «soy leonés», ya basta. Pero no es así. Me preguntas qué puede hacer la gente por defender su especifidad cultural, con eso me daría por satisfecho, que la gente se lo pregunte, que reflexione, que se rebele. -Hay quien dice que los leoneses tenemos que luchar «por lo que es obvio», por estar siempre defendiendo nuestra propia cultura e identidad; desde fuera no se nos ve... -Claro, somos la única región histórica de España que aún no goza de autonomía. ¿Qué libertades son éstas, cuando se nos incluye en una comunidad mixta sin nuestro consentimiento, con una enorme presión popular en contra? Hay quien nos llama «segregacionistas», pero no se puede hablar de segregacionismo si previamente hay anexión. Los leoneses actuamos en defensa propia. -Tuvo que ser muy frustrante y desalentador pedir la autonomía en sucesivas manifestaciones, tal y como hizo el resto de regiones, y no conseguir nada. -Hemos gastado dos generaciones en el empeño y puede que necesitemos otras dos para conseguir la autonomía. El secreto es dejar a un lado las individualidades y en fraguar un sentimiento solidario leonés. En nuestra voluntad está la clave. Pero sí, cundió un sentimiento de gran estupor, de estar relegados respecto a otros territorios, que se extendió durante los ochenta y noventa; ahora la gente empieza a despertar y a reflexionar. -Pero también hay mucho conformismo. -Ese conformismo es el que nos pierde. Necesitamos que permanezca encendida la llama del movimiento leonesista social, asociativo. Luego es que hemos tenido unos políticos nefastos, que han querido utilizar el sentimiento leonés en su propio beneficio. Y la «losa castellana», que cada vez pesa más. -¿Cuál cree que sería el camino a seguir? -Hemos de encontrar nuestro propio camino sin dejarnos llevar por los cantos de políticos de izquierda o derecha. Esto no es una cuestión de política partidista, es una cuestión de justicia, la autonomía la necesitamos todos los leoneses. Pero si es que ni siquiera han intentado reconocer el territorio leonés dentro de la autonomía, o que el poder sea compartido, nada de nada. -¿Qué le dijo a Martín Villa en aquellos «Debates del Diario»? -«Usted es un mal leonés». Pero es que, ¿cabe mayor ignominia para un político que no hacer caso a su pueblo? -Su labor al frente de la Plataforma fue clave, ¿qué consejos daría a los grupos pro cultura leonesa y a sus responsables? -Cuando el acuerdo por la identidad, las denuncias al Procurador, los libros de texto, las dos regiones... (lo que ahora está proponiendo el PSOE, que ya lo defendíamos entonces), hice cientos de llamadas y horas de pasillo. No podemos ir como grupo de presión porque no tenemos fuerza. Hay que actuar, siempre, como grupo de persuasión.

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