Consejo

El invento del maligno

L a noticia dice así: el Consejo Audiovisual de Navarra (COAN) ha acordado solicitar formalmente al Ministerio de Industria que, en uso de sus atribuciones, adopte las medidas pertinentes sobre los contenidos emitidos por el programa Sálvame, de Telecinco. En plata: el COAN pide al Gobierno que pare la máquina de Vázquez. ¿Por qué? Porque Sálvame puede vulnerar el horario de protección de los menores. Aquí hemos dado abundante caña a -˜Sálvame-™, el programa cotilleo feroz de Jorge Javier Vázquez en la sobremesa de Telecinco. En realidad ha sido toda la crítica la que ha sacudido sin piedad, pero con justicia, a un programa que no merece otra cosa. ¿Es sólo una cuestión de los críticos, que profesamos una animadversión ciega a ese señor? No.

Hace unas semanas, Arturo Valls, el actor de Cámara café y Fibrilando, hablando de su reciente paternidad, declaraba a una revista que no se podía ver la televisión después de comer y se refería implícitamente a Sálvame ( a Valls, como a tantos otros, con las responsabilidades le ha entrado también la sesera; es ley de vida). Por si faltaba algo, viene el Consejo Audiovisual de Navarra a señalar los innumerables límites que -˜Sálvame-™ se está saltando con total impunidad. Límites, sí; porque, aunque no lo parezca, existen límites para la televisión. Hay normativas específicas que se aplican a determinados horarios para proteger la formación de los menores. La ley 25/1994 fija un horario de protección de los menores. El Real Decreto 410/2002 establece criterios uniformes de clasificación y señalización para los programas. Desde 2004 funciona un Código de Autorregulación sobre contenidos televisivos e infancia al que Telecinco se adhirió voluntariamente, junto a los otros canales; para que ese Código funcione, dicho sea sin sarcasmo, existe una comisión de seguimiento que debe sancionar a los infractores. Todo ello queda puesto bajo la competencia específica del Ministerio de Industria. Lo natural es que la ley se cumpla. Y como el género humano es como es, para que la ley se cumpla es preciso castigar a quien la vulnera. En España hemos creado una cultura social singularísima donde no causa escándalo que la ley se infrinja, sino que lo escandaloso es que alguien la quiera hacer cumplir. Cuando el COAN denuncia a Sálvame, hace lo que debe. Ahora es preciso que los demás agentes actúen.