Picaresca y thriller marcan la serie «De repente, los Gómez»

Un mundo de picaresca, de pequeños granujas, que se ven metidos en un lío que les supera al pillar in fraganti a unos narcotraficantes perpetrando un asesinato. Con estos mimbres se ha construido una nueva ficción que mezcla la comedia familiar con el thriller y que hoy miércoles comienza su andadura en Telecinco, De repente, los Gómez, protagonizada por Alicia Borrachero y Gustavo Salmerón y que competirá en horario estelar con Física o química (Antena 3) y Comando actualidad (TVE-1). La cadena de Mediaset ha variado el orden de su programación de noche para el mejor lanzamiento de este estreno, producido en colaboración con Sony, de forma que la serie se estrenará a las 22 horas, ocupando el lugar del G-20 de Risto, que se traslada al filo de la madrugada por esta vez. Para el director general de contenidos de Telecinco, Manuel Villanueva, la nueva serie trata de «ensanchar» el recorrido de la ficción, y tras argumentos sobre temas profesionales, de policías o médicos, o de las comedias más costumbristas y dramedias se abre frente ahora a esta mezcla de géneros que a simple vista no casan bien. Como recordó, hay dos factores clave que juegan un papel fundamental en esta nueva narración, el azar y la necesidad. Alicia Borrachero y Gustavo Salmerón interpretan el papel de Concha y Felipe, el matrimonio Tamayo, padres de cuatro hijos (Alex, Cris y los mellizos Lucas y Luichi). Viven en un barrio de las afueras de una gran ciudad y aparentemente son una familia normal, aunque en realidad ocultan un secreto: sus ingresos provienen de pequeños hurtos y timos de poca monta. Sus vidas toman un rumbo inesperado cuando el matrimonio presencia un asesinato perpetrado por el hijo de una peligrosa familia de narcotraficantes. La policía obliga a ambos a colaborar en la identificación criminal, por lo que deben acogerse a un plan de protección de testigos. A partir de ese momento, los Tamayo asumen una nueva identidad y se convierten en los Gómez. La familia se traslada a vivir a una elegante zona residencial, con todos los gastos pagados por la policía. Pero cuando el acusado es declarado culpable, termina el grueso de la protección. Pueden vivir en su nueva y cómoda casa y mantener su nueva identidad pero deben correr con los gastos de su tren de vida. Ante esta situación, Felipe vuelve a cometer delitos menores, una serie de chanchullos con tal de huir mientras los narcotraficantes le pisan los talones para vengarse. Mariano Venancio encabeza la familia de los capos, los Mariño.