ciclismo. tour de francia
Otra jornada más de tregua
Alberto Contador y Andy Schleck aplazan su lucha por el Tour en una etapa en la que las dificultades montañosas no afectaron a la general. Fedrigo se llevó el triunfo

El español Alberto Contador (d) y el luxemburgués Andy Schleck durante la etapa.
Andy Schleck tuvo un detalle cuando acudió ante las cámaras de la televisión francesa al finalizar la etapa: «No me parece bien que abucheen a Contador. Lo que pasó son cosas de la carrera y ya están olvidadas. En el Tourmalet daremos un espectáculo. Ocho segundos no es un tiempo irrecuperable». La gran etapa pirenaica, deportivamente, se quedó en nada si hablamos de los mejores de la general. Lance Armstrong terminó por destrozar un poco más su mito. Se metió en una escapada, buscó el triunfo, pero no pudo conseguirlo.
Sabe que en una llegada en alto ya no tiene nada que hacer, ni tampoco en la contrarreloj final. No le quedaban muchas oportunidades y acabó metido en la escapada que llegó a la meta con Carlos Barredo, Rubén Plaza, Moreau, Cunego, Casar, Vandewaele, Horner y el vencedor final, Fédrigo. Suena fuerte decirlo pero es una realidad: Lance Armstrong se va a ir del Tour por la puerta de atrás, con más pena que gloria. Dice su director, Johan Bruyneel, que sin las caídas «hubiera estado con los mejores, delante». Quizá sí, pero no para situarse a la altura de Andy Schleck y de Contador. Armstrong no se merece un final como la que va a tener.
Ha sido una parte decisiva de esta carrera. La etapa tuvo dos partes. Una primera en la que se buscaba formar una escapada, que no cuajó hasta el kilómetro 63,5, y una segunda en la que el grupo de favoritos dejó discurrir la fuga sin problemas.
En esa primera parte, Samuel Sánchez tuvo algunos problemas para seguir el ritmo del grupo. Consiguió solucionarlos. Hubo otra fuga peligrosa con Vinokourov, Horner, Armstrong, Wiggins, Kreuziger, Sastre, Verdugo y Capecchi metidos en ella que no fructificó.
Astana puso un ritmo fuerte, con todo el equipo junto. No pasó problemas. Carlos Barredo se la jugó atacando de lejos. No le dejaron. Todos los componentes de la escapada sabían que Fédrigo era el más rápido. Se arriesgaron, se la jugaron y los pronósticos no se rompieron.
Nos queda un día en el Tourmalet, antes de la jornada de descanso: «Es una etapa que me da mucho respeto. Conozco bien el puerto. No será un día para confiarse» señala Contador. La impresión que da, tal y como va este Tour, es que no se verá nada que no hayamos visto. Las sorpresas están contro ladas.