Diario de León

Toca milagro en Alemania (27-31)

Un Lemgo superior enfría el Palacio con su victoria sobre el Reale Ademar y le pone con pie y medio fuera de la Copa EHF

Los rostros de los jugadores leoneses reflejaban al final del partido la decepción por la derrota.

Los rostros de los jugadores leoneses reflejaban al final del partido la decepción por la derrota.

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georgino fernández | león
León

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¿Existen los milagros? Ojalá que sí porque la continuidad del Reale Ademar en la Copa EHF depende de que dentro de una semana se produzca uno en la cancha del Lemgo alemán. Tras caer ayer en su feudo por un inesperado 27-31 que congeló todas las emociones en el Palacio de los Deportes a los leoneses sólo les queda la épica. La heroica que dicen otros.

Y al resultado no cabe buscarle excusas en la pareja eslovena -mala y sin criterio- que arbitró el choque. Bien es cierto que el rosario de exclusiones con que castigaron el equipo leonés en la recta final del partido obligándole a jugar varios minutos con tres jugadores en pista acabó abortando la mínima posibilidad que se vislumbró de perder por uno o a lo sumo arrancar un empate. Porque hasta ahí pudo ser; más allá no. El Lemgo ayer fue superior y jugó mejor. Punto. Entró en el partido con más intensidad y con mucha más agresividad que un Reale Ademar que no supo poner su defensa a ese mismo nivel de exigencia y ahí estuvo su talón de Aquiles. Y lo acabó pagando muy caro. Tanto que su sueño de disputar la final de la Copa EHF está a punto de esfumarse.

Una pena porque el Palacio registró un gran ambiente y estaba preparado para un final bien diferente. De inicio el Reale Ademar no pudo correr pero supo resolver en el ataque estático. Alemanes y leoneses defendían con un sistema 6-0 cerrado pero cada ataque acababa en las redes de Álamo y Galia indefectiblemente. Pero los germanos parecían más metidos en el choque y en el minuto diez abrieron una pequeña brecha: 4-6, cuando Galia -que acabaría siendo clave para los suyos- comenzó a entonarse.

A los leoneses les hacía falta más dureza atrás. Exactamente lo que estaban haciendo los germanos en su portería, mostrándose muy expeditivos. Y para su complacencia los árbitros eslovenos les permitían dar «cera» a destajo.

Con todo el equipo leonés no se descompuso. Ribera puso a Andreu en la defensa para darle más consistencia y en el minuto 18 volvieron a igualar las cosas. Pero estaba claro que el envite iba a ser complicado. El Lemgo irá noveno en la liga alemana pero sabe jugar a balonmano y defender con contundencia. Carou pelea como un jabato en el pivote pero las torres germanas no permiten que le lleguen buenos balones. El Lemgo se aferra al partido con unas ganas tremendas y en un nuevo arreón liderado por su resolutivo pivote Theuerkauf (cuatro dianas ya) le vuelven a dar una ventaja de dos tantos en el marcador. A los lanzadores leoneses se les nota falta de confianza y Ribera pide un tiempo pidiendo precisamente eso: «Decisión cuando lancemos», reclama.

El equipo leonés sigue sin poder imprimir velocidad a sus acciones y se le nota incómodo e inseguro. Además está fallando demasiados lanzamientos claros. Con un juego muy serio en todas las facetas los germanos mantienen su renta. Incomprensiblemente a medio minuto del final no se ha producido ninguna exclusión. Y eso ha beneficiado claramente a un Lemgo que defiende dos o tres grados por encima de lo que es norma en la Asobal. Y el Ademar no sabe jugarle con las mismas armas.

El 13-15 con que acabó la primera mitad dejaba claro que los leoneses tenían mucho tajo para sacar adelante el envite.

Por desgracia el inicio de la segunda no fue esperanzador. Los leoneses fallaron sus primeros ataques y el Lemgo no. Resultado: 0-2 de parcial y cuatro arriba los germanos en un suspiro. Las cosas empezaban a pintar realmente mal. Pero el Reale Ademar apeló a la casta y endosó un parcial de 3-0 que les dejó de nuevo a un paso de los alemanes antes del minuto ocho: 16-17. Como lectura positiva los de Ribera supieron pasar el momento más complicado. Pero lo cierto es que el Ademar lleva muchos minutos por detrás. Casi todos los que se llevan de partido.

El extremo eslovaco Stranovsky mantiene a los suyos en el partido pero sus ocho goles no bastan. Es preciso que otros empiecen a aportar más. De lo contrario será imposible enjugar la renta de entre dos y tres goles que manejan los alemanes todo el tiempo. Y esa aportación no llega. Ruesga, Montoro, Mikel o Buntic aparecen con cuentagotas.

Minuto trece del segundo tiempo: el central Schneider se convierte en el primer excluido del partido. Noticia. El equipo leonés juega por primera vez en superioridad y lo aprovecha. Recorta la diferencia mínimamente y el partido se estrecha: 21-22. Menos de un cuarto de hora para resolver.

Un penalti transformado por Krivoshlykov empata el choque a 23 a falta de once minutos. El Reale Ademar va para arriba y el Lemgo parece estancado. La grada lo percibe y arrecian los gritos de apoyo. Un zurdazo de Montoro vuelve a poner a los leoneses uno por encima. Hacía mucho tiempo que esto no sucedía.

Los empates se suceden. El Lemgo no se arredra. Se adivina un final de infarto. El Ademar sufre una doble exclusión y lo peor estaba por llegar: en el ataque siguiente roja directa a Montoro y el equipo leonés se queda con tres jugadores en pista. Corre el minuto 24 y los alemanes vuelven a irse: 25-27.

La pareja eslovena toma protagonismo con un criterio distinto al de la primera mitad y castiga al Ademar con una cadena de exclusiones que ls obliga a jugar varios minutos con tres jugadores de pista. Demasiada ventaja para un rival que además era superior. Los germanos la aprovechan y están cuatro cuando suena el bocizano final. Lo dicho, toca milagro para que el Ademar siga vivo en Europa.

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