El éxito

Antes de esta semifinal, en los mentideros del balonmano España ya había ganado algo; había ganado reconocimiento y respeto como selección, y había enganchado a los espectadores.

Inmersos en una Liga donde las noticias suelen ser catastrofistas por la situación económica tan precaria de más de la mitad de los clubes de ASOBAL, hablar de buena defensa, buen juego, entrega y del ritmo con el que juega nuestra Selección Nacional de balonmano resulta muy agradable.

Nuevamente ayer fue un partido vibrante. Eso ya es un éxito. Estar luchando por las medallas en un europeo en el que existe tanta igualdad implica haber superado a selecciones que perfectamente podrían estar por encima de nosotros.

Dinamarca es una selección con un nivel excelente; entraron en esta fase con cero puntos y han demostrado su nivel metiéndose en la final. España tuvo opciones hasta el último momento. Quedarse fuera de la final con un último lanzamiento fuera de Ugalde que nos hubiera llevado a la prórroga es para sentirse satisfechos. Ahora a luchar por la medalla de bronce, una jornada, la de mañana, difícil, pero recordar que no se sale adelante celebrando éxitos, sino superando fracasos.