El Ademar barre su crisis europea
Los leoneses arrollan al Cuenca en una segunda parte magistral y están a un paso de clasificarse para la Champions.
Antonio García, máximo goleador del partido, intenta un lanzamiento a portería durante el partido ante el BM Ciudad Encantada.
El Reale Ademar cerró parte de las heridas causadas en Berlín con una victoria balsámica ante el BM Ciudad Encantada (40-29), que deja a los leoneses a un solo paso de certificar su presencia en la próxima edición de la Champions. Si ganan el jueves al Granollers tendrán billete para la máxima competición continental.
El potencial ofensivo de los maristas y, sobre todo, la defensa profunda sobre el cubano Pasván en la segunda parte, rompieron la igualdad que hasta el paso por los vestuarios monopolizó el juego de ambos equipos, que llegaron al descanso con una exigua ventaja para los locales de un solo gol (18-17).
Pero el BM Ciudad Encantada, lastrado por las bajas, adolece de tiro exterior y la brújula conquense, el central Ángel Pérez, que estuvo sobre el parqué durante prácticamente los sesenta minutos, llegó al segundo acto con la gasolina en reserva. El cansancio en los de Zupo Equisoain y el marcaje de Felipe Borges al cañonero Pasván, que metió siete goles en la primera parte y ninguno en la segunda, resultaron determinantes para abrir brecha tras el ecuador del partido.
El Reale Ademar salió muy enchufado después del descanso y barrió al Cuenca en solo catorce minutos, tiempo suficiente para lograr una renta de diez goles (32-22) con un gran Antonio García, mucha movilidad en ataque y un excelso Álvaro Cabanas que culminó con maestría cada una de las contras lanzadas por los leoneses.
El extremo firmó su mejor encuentro de la temporada y sumó siete goles de ocho lanzamientos, lo que provocó una cerrada ovación de la parroquia leonesa. El Ciudad Encantada nada pudo hacer por frenar las embestidas de los leoneses, que pusieron tierra de por medio cuando secaron al máximo artillero de la Asobal, el lateral Pasván, una auténtica pesadilla para el Ademar en la primera parte, apoyado por el central Ángel Pérez, que además de dirigir con precisión a su equipo fue capaz de marcar cinco goles, todos en los primeros treinta minutos.
Pero el ciclón leonés derrumbó el buen trabajo realizado por los conquenses en esos primeros treinta minutos. El BM Ciudad Encantada no claudicó cuando perdía por cuatro goles en el minuto 18 (14-10). Zupo pidió un tiempo muerto terapéutico que electrificó el ataque del Cuenca para endosar un parcial de 0-4 y empatar el choque a falta de nueve minutos para el descanso.
La defensa marista no funcionaba y fue en esa recta final del primer tiempo cuando apareció Kappelin, que brilló bajo los palos para mantener esa igualdad hasta el paso por los vestuarios.
A partir de ahí, el equilibrió tornó a lo que era previsible. El Ademar es superior al Cuenca, tiene mucha más profundidaz de banquillo y cuenta con jugadores como Antonio García para romper la defensa rival, impotente ante los lanzamientos del lateral internacional, que desde los nueve metros esta vez sí estuvo acertado. Logró ocho goles, el máximo anotador del partido.
Este triunfo devuelve la sonrisa a una plantilla que en algunos momentos del partido pareció acusar aún la traumática derrota ante el Füchse Berlín, que dejó al Ademar a las puertas de una histórica Final Four.
Pero el deporte siempre da segundas oportunidades, y los chicos de Isidoro Martínez están a solo un triunfo (si es que gana el Valladolid) de certificar su presencia en la próxima Liga de Campeones. La tercera plaza pondría un broche de oro a una temporada para enmarcar.
