Diario de León

ciclismo. tour de francia

El arcoiris vuelve a la meta

Cavendish se lleva el triunfo en La Gallairde haciendo gala de su fortaleza en el esprint sin que nadie le haga sombra. Luis León Sánchez está a punto de cazar otra etapa.

Cavendish, del equipo Sky, celebra su victoria en la décimo octava etapa del Tour .

Cavendish, del equipo Sky, celebra su victoria en la décimo octava etapa del Tour .

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c. de torres | Brive-La-Gaillarde
León

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El británico Mark Cavendish (Sky) hizo honor a su apodo del «Expreso de Man» para imponerse al esprint tras una espectacular remontada en la decimoctava etapa del Tour, disputada entre Blagnac y Brive La Gallairde, de 222,5 kilómetros, jornada en la que Bradley Wiggins mantuvo sin dificultad el maillot amarillo de líder.

Volvió a irrumpir el campeón del mundo con su maillot arco iris dieciséis días después de su triunfo en Tournai. Superado el paso por Pirineos y asegurado el maillot amarillo de Wiggins, el Sky le dio permiso a Cavendish para volver a brillar. Y lo aprovechó para ganar su segunda etapa tras un alarde de poderío en la recta de meta que anuló el esfuerzo de Goss (Orica), Sagan (Liquigas) y Luis León Sánchez (Rabobank).

El corredor murciano, que se metió en una postrera escapada y a punto estuvo se cazar otra etapa, resumió el esprint del corredor elegido por el diario L’Equipe como mejor velocista de la historia. «Ha sido impresionante cómo nos ha pasado. Me ha quitado las pegatinas de la bicicleta», dijo.

Una victoria que acerca a Cavendish a las tres alcanzadas por Sagan y Greipel, en una lucha entre los mejores «guepardos» que aportará interés al esprint final del domingo en París, uno de los pocos alicientes que le quedan a un Tour que tiene el podio decidido, con Wiggins, Chris Froome y Vincenzo Nibali fijos para la foto en los Campos Elíseos.

Cavendish, de 27 años, sigue haciendo historia, pues en su palmarés ya tiene 22 etapas en el Tour, que le sirven para alcanzar al estadounidense Lance Armstrong. Este año no llegará a las cinco de 2011 porque el Sky vino a trabajar en exclusiva para el líder, sin desgastar a un solo corredor en la preparación del esprint para «Cav».

Era la segunda etapa más larga del Tour, que ofrecía un recorrido sin dificultades después del paso por los Pirineos. Los hombres de la general guardaron fuerzas para la contrarreloj del sábado, y los equipos que aún no han logrado ninguna victoria se movieron para propiciar una escapada que evitara el esprint. Pero la llegada masiva fue inevitable, pues la fuga de 16 corredores que se formó tras muchos intentos en el kilómetro 60 estuvo siempre controlada. Por primera vez se iba por delante un hombre de Wiggins, el noruego Boasson Hagen.

El Sky dio libertad a los ciclistas exprimidos al servicio del jefe para que buscaran su día de gloria. E incluso fueron escuchados los ruegos de Cavendish para que le ayudaran a ganar en Brive. Su insistencia convenció a Wiggins, que colaboró. La fuga fue menguando a medida que se acercaba la meta. El GreenEdge trabajó a fondo para echarla abajo, en busca del primer triunfo del inédito Goss, aunque también echaron una mano el Liquigas de Sagan y el Garmin de Farrar. El ritmo elevado devoró a casi todos los escapados a 10 kilómetros de meta. Y ahí Cavendishno encontró rival.

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