Diario de León

erika villaécija | leoneses en el olimpo

«Mantengo la ilusión del primer día por ganar. Aún no he llegado a mi límite»

La nadadora apuesta por el podio en sus terceros Juegos: «Si no eres ambiciosa no llegarás lejos». En el mejor momento Con tres Juegos a sus espaldas Villaécija llega a Londres dispuesta a demostrar que en el olimpo del deporte también tiene un sitio. Además, en su mente está sacarse la espina de Pekín donde un proceso vírico le apartó de las medallas.

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Atenas fueron los Juegos de su debut. Con 20 años la cepedana se atrevía con tres distancias acariciando en dos de ellas el podio. Cuatro años después en Pekín un problema vírico trastocaba todas sus ilusiones. En Londres, su tercera presencia olímpica, Érika aspira a resarcirse colgándose una presea que complete su cuadro de honor en el que ya aparecen nada menos que 49 entorchados nacionales, 14 podios europeos con tres oros y dos preseas mundialistas, la última el preciado metal dorado en su prueba fetiche, los 800 metros libres. Ahora en la capital británica su pistola tiene dos balas preparadas para dar en la diana, en los 800 y la que parece va a ser su distancia de futuro, los 10 kilómetros en aguas abiertas.

Segura de sus posibilidades y convencida de que el trabajo que ha venido realizando en los últimos tiempos debe dar sus frutos, la mejor nadadora española de fondo de todos los tiempos reconoce que sus opciones para estrenarse en un podio olímpico son parejas en ambas disciplinas. «En los 800 metros el principal reto será meterme en la final. Las eliminatorias van a ser muy duras y tal vez alguna favorita, si se despista, puede quedarse fuera. Luego, ya en la final, el reto es hacer lo que sé, jugar mis bazas e intentar en el tramo final imponer mi consistencia. En cuanto a los 10 kilómetros, en una prueba tan larga puede pasar de todo. Creo que llegaré descansada».

Precisamente la combinación de esas dos distancias, algo que hasta ahora ningún nadador español ha compaginado al más alto nivel, no suponen para la de Cogorderos un quebradero de cabeza. Y mucho menos cercenas las aspiraciones de una distancia por otra. Todo lo contrario. Serán dos opciones muy válidas para optar al éxito. «La verdad es que las combino bastante bien. De momento he hecho casi todos los entrenamientos en piscina, porque afortunadamente en Londres las aguas son un poco menos abiertas, en el lago de Hyde Park, con vueltas cortas y aguas tranquilas que me favorecen por mi experiencia en piscina. He hecho bastantes metros más en los entrenos para poder aguantar bien la prueba, pero sobre todo he trabajado con mucha intensidad y con mucho gimnasio para poder apretar en la parte final».

Érika no oculta que su sueño «desde hace tiempo» es poder disfrutar de una medalla. «El oro sería maravilloso pero también la plata y el bronce. Muchas veces he soñado con ese momento. Todo deportista debe ser ambicioso, a la vez que cauto. Por eso aspirar a lo más alto con trabajo y dedicación hace que seas más competitivo. Si no lo intentas es imposible que lo consigas. Pero para mí no sería un fracaso si al final vuelvo de Londres sin una medalla. Cuando haces todo lo posible y las cosas no salen debes darte por satisfecho. Pero yo, además, confío en poder estrenarme en el podio en mis terceros Juegos. Después de los malos y los buenos hablando de resultados éstos son diferentes. Creo que ahora lo tengo todo: experiencia, entreno, tranquilidad, sé como funciona una villa olímpica, como funcionan unos Juegos... Tengo también la suerte de que todo el boom mediático irá encarado hacia otra persona como es Mireia Belmonte, y así estaré tranquila y haciendo el trabajo poco a poco».

Para eso, tocar la gloria del Olimpo, la de Cogorderos se ha preparado concienzudamente. «Creo que a estos Juegos llego en mi mejor momento. No tengo la juventud de los dos anteriores pero sí he crecido como deportista y además cuento con un plus de veteranía que en competiciones tan exigentes a veces te hace falta».

Su ilusión también estaba en que su hermano Álex pudiera acudir a Londres aunque en los últimos años las lesiones han lastrado la progresión del pequeño de la saga de los Villécija. «Siempre es bueno ver a un familiar que también puede alcanzar el éxito aunque no ha podido ser. No obstante espero que tanto él como mis padres, familiares y todos los que me han estado arropando este tiempo incluidos mis paisanos leoneses puedan disfrutar de una medalla de la que tendrán una parte de protagonismo».

Dominadora absoluta de los 400, 800 y 1.500 libres en España hasta la aparición de Mireia Belmonte, en los últimos años ha dejado a un lado los 400 para centrarse en distancias más largas. «Con el paso de los años esa explosividad que tenías pasa a convertirse en resistencia. En mi caso me ha permitido centrarme en los 800 y 1.500 logrando, entre otros éxitos, campeonatos del mundo y Europa. Me falta la guinda de los Juegos y creo que esta puede ser mi gran oportunidad».

En la mente de la leonesa está el paso del tiempo. «No sé si dentro de cuatro años podré estar en Brasil. Lo más seguro es que en los 800 metros libres no aunque en aguas abiertas aún tengo mucho que decir. Ahora soy de las jóvenes y eso puede alargar mi vida deportiva. Pero sin duda alguna el podio sería la mejor forma de cerrar un ciclo de tres Juegos en los que he pasado de todo, desde la alegría e ilusión por clasificarme y poder luchar con el resto de rivales por los puestos de honor a la tristeza que supuso Pekín cuando, a pesar de que llegaba en un gran momento, otros condicionantes como la salud me impidieron plasmar sobre el agua tantos y tantos meses de duro trabajo. Aquello fue un golpe muy duro, incluso me planteé dejar de nadar porque no tenía ilusión. No acababa de recuperar aquella confianza. Poco a poco fui recuperándola y últimamente he tenido muy buenos resultados, casi los mejores de mi vida. Mis marcas han ido mejorando y yo creo que estoy en un buen momento».

Precisamente esa ilusión por disfrutar del deporte que desde muy niña se ha convertido en su compañero inseparable le ha posibilitado seguir adelante a pesar de que cada pocos años aparece una rival. «Es bueno tener competencia porque te hace superarte. Tanto en España como en Europa existen excelentes nadadoras con las que hay que lidiar sacando a relucir lo mejor de tí para intentar superarlas».

Parte de esas adversarias se las encontrará la cepedana en la pileta del Centro Acuático de Londres. «Mireia y so intentaremos defender lo más alto los intereses españoles. Luego, del resto, las nadadoras que considero más cualificadas para el triunfo son la danesa Lotte Friss y la británica Rebecca Adlington. Esta segunda, además de acudir con la mejor marca de los 800 metros, compite en casa. Y eso ayuda».

Érika reconoce que con 28 años recién cumplidos y en un deporte de tanta exigencia tal vez la puedan llamar veterana. «No me molesta. Incluso me hace sentir bien porque he resistido el paso de los años y me mantengo en una posición de privilegio. Que nadie lo dude que mientras pueda estar con las mejores seguiré. Porque sigo manteniendo la ilusión del primer día. No creo que haya llegado a mi límite. Me quedan cosas por hacer y una es conseguir una presea olímpica».

Como cada verano no podrá viajar a su tierra, León, hasta mediados de agosto. «Quisiera estar más tiempo pero el deporte de alto nivel te exige mucho, entre otras cosas un programa duro de entrenamientos. Luego vienen las concentraciones y la competición. Si te paras a pensar ves que no siempre dedicas a los tuyos el tiempo que quieres pero el deporte, al menos cuando puedes vivir de él, te requiere de muchas horas. No obstante en verano, navidades y todo lo que me permite la natación, hago un hueco para escaparme a una tierra que adoro. Cuando acaben los Juegos haré las maletas y espero meter en ellas una o dos medallas que podré colgarme delante de los que más quiero».

La leonesa confía tanto en sus posibilidades que hasta se ha pintado las uñas el lema «We are de Champions». Ya lo hizo en su día en otras competiciones y espera que, junto a los aros olímpicos y el delfín que lleva tatuados, le den la suerte necesaria para seguir haciendo historia. Si logra tocar presea sería una de las pocas nadadoras que ha ‘mojado’ y nunca mejor dicho si se refiere a la natación, en los campeonatos de primer nivel en los que ha tomado parte. «Sólo me faltan los Juegos y esta vez, a la tercera, debe ser la vencida», remarca la nadadora leonesa.

Precisamente esa ambición y fe en sus posibilidades también le han reportado alguna promesa si finalmente logra su objetivo. «Si gano alguna medalla me gustaría tirarme en paracaídas. Es algo que me llama la atención, pero que si no es por algo muy importante no lo haría».

Todas eses esperanzas empezarán a plasmarse en el Acuatic Park de Londres donde el jueves 2 de agosto afrontará las eliminatorias. Apenas 24 horas más tarde, como espera, llegaría uno de los momentos más culminantes de su ya dilatado y excelso trayecto deportivo, la disputa de la gran final. «Me veo en ella y también con opciones de poder hacer algo muy grande. No voy a dudar que en estos últimos días vives más intensamente la situación pero los años me han dado una experiencia con la que espero llegar lo más lejos posible. Luego, seis días más tarde tengo por delante la prueba de aguas abiertas. No sé si la afrontaré ya con una medalla o como la última oportunidad en Londres para subirme el podio. Sea una cosa u otra no debe influirme».

La cepedana echa la mirada atrás y aún recuerda sus primeros éxitos, también aquellos que más han trascendido en su vida deportiva. «El oro en el Mundial tal vez ha sido el mejor de todos ellos, sin querer desmerecer a ninguno. Es la presea que más me ha emocionado y tal vez la que más trabajo me ha costado conseguir. Tampoco, en el apartado emotivo, me olvido del europeo de Madrid donde además de lo que supuso el triunfo el que tus padres puedan verlo en persona desde las gradas es algo que siempre lo tienes presente. Esos momentos y muchos otros espero que tengan como compañeros de viaje los que viva en estos Juegos. Siempre que ganas disfrutas de una sensación única. Si lo das todo y además consigues subir al podio es como para saltar de alegría». Promesa de Érika para unos Juegos en los que la medalla le espera a la vuelta de la esquina.

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