Diario de León

lucha leonesa. la nueva figura

El grandullón de la lucha

. ‘Chiquito’ Zegarra aporta a los corros algo más que dos metros y 174 . kilos.

La imponente figura de ‘Chiquito’ Zegarra destaca sobre la de los habituales luchadores de pesados.

La imponente figura de ‘Chiquito’ Zegarra destaca sobre la de los habituales luchadores de pesados.

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A. Barreñada | León
León

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Fue a mediados del mes de agosto cuando al recuperado corro de Renedo de Valderaduey David Flecha «Flechina» llegaba acompañado de un tipo que no podía pasar desapercibido. Comentarios, asombros, bromas... Todo tenía cabida en las expresiones y valoraciones que desde el terreno de los que luchan y desde el que ocupan quienes les contemplan comenzaban a circular.

Se dijo que pesaba ciento setenta y cuatro kilos, y que eso se daba como «artículo de fe», porque la báscula de la Federación no abarca esas «magnitudes».

Eran nueve los inscritos en esa tarde en pesados y a uno de los «puntales» en peso, Avelino García, le iba a corresponder en suerte medirse con aquel gigantón llamado Carlos Erick Zegarra Presser, que decían venía de Lima, del Perú, y que tenía en su haber importantes logros en la disciplina del judo, con la que había sido olímpico en los Juegos de Pekín.

No pudo mostrar pericia en sus primeros agarres al cinto de la leonesa y, en esa inicial ocasión, «Avelinín» lo aventajó por media caída de oro (en tiempo añadido).

El primer triunfo

Matallana de Torío volvía a enfrentarles a ambos en la final (después de que Jorge Gayo, un bravo con ochenta kilos de menos, cayera ante el que se comentaba era conocido como «Chiquito» Zegarra) y en esta jornada ya se pudo ver a Carlos Erick irle a su rival «a la gocha», buscar la mediana adelante, para lograr dos enteras y su primer triunfo en corro.

En la «catedral» de Riaño el de La Valcueva tomó su revancha, en el aplazado de Cistierna Roberto Andrés Moro supo aprovechar sus recursos para cortar le paso a la final que acabó ganando «Caberín» y, seis convocatorias más disputadas cuentan con «Chiquito» Zegarra como primer clasificado.

Su presencia en los corros ha sido, de manera indiscutible, relevante para que acudiesen a ellos algunos «curiosos» aficionados, e incluso para que muchos no hiciesen lo que venía siendo, desgraciadamente, demasiado habitual: abandonar la grada en cuanto se disputase la categoría de pesados.

Objeciones a la atención ganada por Zegarra las hay, obviamente: desde las que se hacen en virtud de la manifiesta diferencia física, ahora más notable para este caso que la que también se achacaba en otros, hasta la consideración de que no es el «deporte» lo que ahí atrae.

Con todo, de manera clara, la incorporación de «Chiquito», que se ha ganado el respeto y afecto de los de dentro y fuera del corro, está siendo uno de los hechos destacables y destacados (incluso por medios que no suelen atender a la lucha leonesa). Cuente ello en el haber del buen grandullón.

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