El Fundación ‘muere’ en diez minutos nefastos (98-56)

El Fundación Baloncesto León aguantó 20 minutos, los dos primeros cuartos, con vida. Con mucha vida, a pesar de que los parciales ya oscilaban entre los 8-12 puntos. Pero la calidad superior de uno de los conjuntos más rocosos y de mayor enjundia de la categoría, el Marín Peixegalego, hizo que se impusieran en una segunda mitad plagada de errores de los leoneses y de acierto desde la línea de tres en los locales, sumado al poderío de Aranburu en el poste bajo (98-56).

Para afrontar el duelo, el técnico Miguel Ángel Estrada contó con la baja del pívot Manuel Parada. Y se notó, en demasía quizás, puesto que Parada era el hombre llamado a combatir en el cuerpo a cuerpo y debajo del aro con Aranburu, el jugador más atinado de los gallegos, que se aprovechó de esta circunstancia para inflarse a puntos, especialmente en la segunda mitad, y llegar a los 26, el mejor valorado del encuentro en el Pabellón Araña.

Con todo, la primera parte fue muy igualada, ya que los leoneses estuvieron con mucha intensidad, especialmente en el rebote ofensivo. Sin embargo, el dominio de los locales, de mayor poderío físico y entrenados por un viejo conocido de la entidad leonesa, Javi Llorente, fraguó distancias en el marcador que no bajarían de los 10 puntos.

De más a menos

Todo cambió tras la reanudación. Los gallegos supieron y pudieron imponer su ritmo de juego, mucho más físico, y les acompañó de la mano un brutal acierto y el daño que causaba Aranburu en la pintura, amén del bajón físico del Fundación, que bajó por momentos los brazos ante el vendaval del Marín, especialmente atacando, incluso en estático. Ese tercer cuarto dinamitó cualquier opción visitante, a pesar de que Manu y Moreira, seguían dando la cara en todo momento, destacando por su entrega a pesar de un parcial tan duro como fue el 25-8. Ya en el último cuarto, las diferencias se mantuvieron acordes con el esfuerzo de uno y de otro, y aunque el Marín se conservó algo más, siguió insistiendo en el contraataque y las canastas fáciles, desarbolando cualquier atisbo de reacción del Fundación.