Qatar seduce con sus petrodólares
El emirato árabe pretende armar una selección poderosa para dar la talla en el mundial de balonmano que organizará Doha en el 2015. A Markussen le ofrecieron un millón de euros por nacionalizarse.
Valero Rivera ha recibido una oferta de Qatar —800.000 euros al año— para tomar las riendas de su selección de cara al próximo mundial del 2015.
La crisis que asola a todos los clubes de la Asobal, con la única excepción del Barcelona, que bebe de los fondos que genera el negocio del fútbol, precipita el éxodo de los jugadores más codiciados de la liga española, algunos, incluso, piezas clave de la selección que consiguió en Barcelona el campeonato del mundo. Francia, Alemania, Polonia y Hungría eran, hasta ahora, los destinos más atractivos desde el punto de vista económico. Siete ‘Hispanos’ militan en ligas extranjeras, dos de ellos, José Manuel Sierra y el ex ademarista Antonio García, lo hacen en el París Saint Germain, junto a la estrella mundial Mikel Hanssen y otras figuras, como Gunarsson, Dinart o Abaló
El club francés, propiedad del magnate qatarí Nasser Al-Khelaifi, simboliza el tremendo poderío económico de Qatar, un pequeño país del Golfo Pérsico que utiliza el dinero del petróleo para promocionarse a través del deporte.
Este emirato árabe ha echado el resto para organizar el mundial de fútbol del 2022 —bajo sospecha por compra de votos— y el de balonmano del 2015. La federación qatarí trasladó a Valero Rivera —antes contactaron con Talan Dujshebaev— una oferta mareante para que coja las riendas de su selección y la convierta en un combinado competitivo durante los próximos dos años. Y le han ofrecido un sueldo de 800.000 euros anuales. El entrenador más laureado de la historia del balonmano español se llevará como segundo a Iñaki Urdangarín, imputado por el caso Noos.
Pero los petrodólares no solo han seducido a los dos ex del Barcelona. Qatar quiere fortalecer una liga que, de momento, es amateur y donde solo hay diez equipos. En el Mundial de España no pasaron de la primera fase y solo ganaron un partido.
El primer golpe de efecto llegó hace pocos días. Nikolaj Markussen, internacional danés, abandonó el Atlético de Madrid, inmerso en los cuartos de final de la Liga de Campeones, para fichar por un club desconocido, el El Jaish, que pagó a la entidad rojiblanca 300.000 euros en concepto de traspaso.
El lateral zurdo, de 2,12 metros de altura, recibió hace tiempo una oferta de un millón de euros por nacionalizarse qatarí y jugar el Mundial con la selección árabe, subcampeona de Asia. En el Atlético de Madrid cobraba 100.000 euros y su nuevo sueldo podría rondar los 300.000, aunque la cantidad exacta no ha trascendido.
La salida de Markussen sorprende porque se trata de un jugador muy joven, solo 25 años, pero, en su decisión, ha pesado más el aspecto económico que el deportivo. Estará allí, al menos, cuatro años. Si bien, la espantada advierte una peligrosa tendencia. Otro que podría hacer las maletas en breve es el extremo sueco Jonas Kallman, también del Atlético de Madrid, que ha sido tentado desde Qatar.
Caso distinto es el de Iosu Goñi. El lateral navarro jugará cedido en el Al Quijada, que pagará al Ademar una cantidad cercana a los 25.000 euros. El jugador marista disputará los play-off con su nuevo equipo. Y en junio volverá a España. Goñi aceptó la oferta porque no tenía muchas más opciones. El club le adeuda siete meses. «Espero que este acuerdo sirva para ayudar al Ademar», deseó el lateral de 23 años. Su salida ha estado forzada por la crisis de la entidad.