Diario de León

CUBOS DE HUMANIDAD

Mojándose contra la ELA

Los cinturones del judo unieron en su espíritu solidario a gentes de las luchas sumándose a la corriente mundial del cubo helado contra la parálisis.

Gesto solidario de los judocas leoneses en la plaza de San Marcos

Gesto solidario de los judocas leoneses en la plaza de San Marcos

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A. BARREÑADA | LEÓN
León

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«¡Nos hemos calado todos!» la mañana del sábado tenía sus nubes, pero la luz del sol se imponía. Quienes «se mojaron» lo hicieron de manera voluntaria y festiva, entregada, completando un encuentro que, desde la propuesta hecha por gentes del judo, unía (una vez más, y no va a ser la última) a los de otras disciplinas de lucha, de otros ámbitos, con un objetivo común: compartir agarres y mojarse, calarse, en solidario gesto que mantiene la exigencia social de pelarle a esa rara y cruel enfermedad de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).

Fueron más de una treintena de participantes, de todas las edades, desde pequeñines de tres a veteranos de buen número de años. Entre ellos había judokas del Club Koeru, Kodabe, Colegio Internacional Peñacorada, Finisterre, Takeda, Parque Sport…con campeones de la lucha leonesa, del Campohermoso y Bernesga, con el regalo de la serenidad profunda de Eva, la del Tai Chi, incluso la animación de un entregado entre «Más que globos». Se reunieron todos al amparo del Centro Victoria y con la magistral guía a los judogis del joven vallisoletano Alberto Gaitero y nuestro David Flecha, «Flechina». «¡Qué increíble! ¡Con qué fuerza y suavidad lo hace!», decían de él padres de los que seguían expectantes su entreno. «Pues es de los nuestros —les indicaban—, de los que desgraciadamente han tenido que buscarse vida y tatami fuera de aquí, siendo como son figuras que están en otro nivel y por los más pequeños detalles deslumbran». De diez y media de la mañana a dos de la tarde (nadie quería darlo por terminado) se desarrollaba el previsto entrenamiento abierto en el gimnasio. A su conclusión, la calle testigo asombrado de ese mojarse, «calarse», por causa justa.

Ante la plata de la fachada de San Marcos, gesto de oro, a fuego de crisol, para que no hiciera mella la helada agua de los cubos, que no fue bastante con que cada uno se vertiera el suyo, que también se quiso más. Y más se quiere seguir haciendo desde el ánimo de promotores y participantes en el evento: más, para avanzar (crece, fructificar, algo así como lo que «koeru» significa) en la unidad de diferentes clubes, disciplinas: «el próximo mes hay que hacer otra cosa para ayudar a uno de León». Están calados de lo mejor de la Lucha.

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