«El Ademar se fundó en 1960, es un error hablar de 60 aniversario»

Georgino fernández | león

Socio número uno del Ademar y presidente del club de 1986 a 1993 —siete años convulsos de los que guarda un recuerdo agridulce— Ángel González apela a su memoria y a que él mismo fue testigo de la historia para negar que el equipo leonés naciese en 1956: la fecha comúnmente aceptada por todos y sobre la que se asienta el sesenta aniversario que se celebra este 2016. «Se creó en el verano de 1960», afirma rotundo la vez que desgrana nombres poco conocidos y que a su juicio fueron los verdaderos artífices de que León sea una ciudad del balonmano.

—¿Entonces no es cierto que el club se crease en 1956?

—Yo no quiero fastidiar a nadie pero lo cierto es que el Ademar se fundó en el verano de 1960. No recuerdo el día, yo estaba en Veguellina y me trajo un amigo en una moto a León para empezar a prepararlo todo. Entonces no son sesenta años, son 56.

—¿Cómo fueron aquellos comienzos?

—Lo fundamos unos antiguos alumnos de los Maristas que en aquel entonces jugábamos al balonmano en el equipo de la Cultural.

—¿El de fútbol?

—Sí, el de fútbol. Incluso antes jugamos en la Venatoria en una temporada de esas perdidas.

—¿Y por qué decidieron dar el paso de dejar a la Cultural y fundar el Ademar?

—(Piensa un segundo) Las relaciones nuestras con la directiva de entonces de la Cultural no eran las mejores. Para mí que no entendían lo del balonmano. Recuerdo que hasta para comprar un balón teníamos problemas porque ellos tampoco tenían mucho dinero. Nos vimos un poco a disgusto y fue cuando pensamos que con los Maristas, como antiguos alumnos, íbamos a tener mayores posibilidades. Fue entonces cuando hice una primera gestión con el Hermano Marcelino, director del centro. Nos dijo que sí, que entrábamos allí y que nos iba a poner al Hermano Gabriel como puente entre la directiva y nosotros. Luego también el hermano Domingo José Ordás, leonés de aquí que era familia de un antiguo alcalde de León, entrenaba con todos nosotros y actuó incluso como primer entrenador. Se ponía la sotana para arriba, la ataba, y se zurraba con cualquiera. La consigna era !venga leña hasta que se rompiera! El Hermano Domingo, que creo que ya ha fallecido, fue el que nos enseñó a jugar a balonmano y a baloncesto; sin él no hubiese habido entonces escuela de balonmano en León y en los Maristas. Y el Hermano Ovidio fue el que inició todo. Todos estos nombres están antes que el Hermano Tomás en los orígenes del Ademar.

—Recuerde los nombres de aquel equipo mítico...

—(Mira una vieja foto y los dice sin dudar) Estrada, Ángel Luis Baíllo y Lesmes en la portería, Capdevila de central, Baíllo delante, José María Serrano de medio, Mendoza de pivote, Paíno defensa, Tobi defensa, Segarra un zurdo fenomenal de extremo, Pin Vélez, Paco Osorio y José Luis y Ángel que soy yo de lo que salía. De este equipo ya han fallecido varios.

— ¿Y quién era el que tenía más talento de aquel equipo?

— Yo creo que Pin Vélez. Era muy listo jugando. Luego se fue del equipo y se hizo árbitro.

—¿Y el primer partido?

—Si no me equivoco fue en la primera semana de noviembre de 1960. Jugamos contra la Hullera de Santa Lucía y les ganamos 33-3.

—Vaya repaso ¿no?

—(Sonríe) Sí, bueno nosotros salíamos a morir y ellos eran más novatos no es que fueran peores.

—En aquella Segunda División ¿cuanto estuvo el Ademar?

—No estoy seguro yo creo que diez o doce años. Pero ten en cuenta había salidas a los sectores y unos no podían ir por trabajo y otros por exámenes... al final de un equipo bien hechos nos quedábamos en lo que podíamos y hacíamos lo que podíamos.

—¿Y cuánto tiempo estuvo de jugador en aquel primer Ademar?

—Doce como jugador y siete de presidente. Son 19 años yo creo que ya está bien de servicio al club.

—En 1986 inició su etapa como presidente del club hasta 1993. ¿Qué recuerdos guarda?

—Unos recuerdos muy complicados y de muchas tensiones porque cuando llegué al club me encontré con una deuda de 17 millones de pesetas, y que no estaba justificada de ninguna manera, y con el Ademar al borde de la desaparición. Y por si no fuera bastante el club no tenía estatutos, tuvimos que hacerlos nosotros o nos echaban de la competición.

—Mucho dinero de deuda para aquella época...

—Había seis millones de nóminas impagadas a los jugadores, deudas con hoteles, restaurantes, con el proveedor de material. Adidas nos demandó y fue a embargar a los Maristas que entonces era donde estaba el domicilio social del club. Hoy es una anécdota pero entonces fue duro. Lo que más me llena de orgullo es que nosotros al final dejamos al club en División de Honor y sin deudas. Cogimos un edificio en ruinas y dejamos un solar listo para construir.

—Luego cambiaron mucho las cosas...

—Cuando entró Juan Arias en la presidencia, avalado por el Hermano Tomás, las instituciones y el Ayuntamiento empezaron a dar mucho dinero al club. Juan Arias fue un buen gestor y en su etapa se sentaron las bases del Ademar moderno.

—¿Y cómo ve la época actual del club?

— Veo bien al club y creo que el actual presidente, Tano Franco, está haciendo una buena labor.