La meca del motor está en Riello
Los aficionados responden y acuden en procesión al Valle de Omaña para disfrutar del Rallysprint más accidentado.
Sergio y Diego Vallejo, con el Citroen DS3 R5, dominaron todas las mangas, pero un error les privó de la victoria. F. OTERO
s. c. anuncibay | león
Las cunetas desparramadas entre El Castillo y Riello son la meca del motor para los miles de aficionados leoneses, también gallegos o asturianos, que cada año acuden en procesión hasta el entorno del Rallysprint Valle de Omaña.
Llegan a primera hora, antes de que se cierre la carretera, cargados con sus sillas y sombrillas para disfrutar de una pasión que comparten cientos de personas. No fallaron en la quinta edición, como tampoco lo hicieron en las cuatro anteriores, y vibraron con el recital que dieron Sergio y Diego Vallejo.
Veían como los gallegos iban directos hacia la victoria, una más, cuando apenas faltaba un último tramo por disputarse. La diferencia con Ferrero era ya de 41 segundos, una distancia insalvable.
Nadie esperaba lo que sucedería después. Todo había transcurrido sin problemas, hasta las cinco de la tarde, cuando estaba prevista la tercera manga. Ahí, el rally enloqueció. El coche 0 salió a pista para reconocer los poco más de 13 kilómetros del tramo, pero en una curva perdió la trazada y acabó en el río. Ese incidente causó dos heridos leves.
La carrera continuó y los primeros cinco coches terminaron la tercera manga, en la que el ‘Lobo de Meira’, junto a su hermano, firmó el mejor tiempo. Después decidieron neutralizarla y en ese momento, cuando Vallejo iba ya hacia el parque cerrado se quedó sin combustible, a un kilómetro escaso del punto de asistencia. Tuvo que repostar y eso echó por tierra su dominio. El piloto lucense estrenaba su Citroen DS3 R5 y un error de cálculo con la bomba de gasolina le jugó una mala pasada.
