Diario de León

Por favor, no molesten que hay fiesta

El alcalde de Río pide a los cariocas que se queden en casa el día de la ceremonia de apertura

La exjugadora de voleibol brasileña Isabel Barroso, con la antorcha ante el Cristo Redentor de Corcovado.

La exjugadora de voleibol brasileña Isabel Barroso, con la antorcha ante el Cristo Redentor de Corcovado.

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EDU SOTOS
León

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La ‘cidade maravilhosa” amaneció en su día más grande prácticamente desierta. A pocas horas del inicio de la esperada ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Río 2016, las autoridades de la sede olímpica cruzan los dedos para que las aglomeraciones de turistas, curiosos y manifestantes no les arruine su delicado plan logístico. "Hago una petición a la población: disfruten el día cerca de sus casas", llegó a pedir el polémico alcalde Eduardo Paes en un mensaje que más bien sonó a un"“por favor, no molesten a los turistas". Para justificar su inverosímil declaración, el siempre sonriente Paes bromeó diciendo que estaría todo muy movido y que sería mejor "evitar grandes desplazamientos".

La realidad es que no es para menos. Frente a la gran tranquilidad de los barrios lejanos a las instalaciones olímpicas, típica de una día festivo, las playas de Copacabana e Ipanema eran un hervidero de turistas, cariocas y los primeros manifestantes que no dudarán en aprovechar la atención mediática del día para protestar por el "golpe" que para ellos supone el juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff y que deberá concluir poco después del cierre de los JJOO. No en vano, el ayuntamiento de la ciudad ha montado un esquema especial de seguridad de 3.300 militares con el único objetivo de mantener a raya las 15.000 personas que, según los eventos organizados en las redes sociales, podrían intentar torpedear la ceremonia olímpica al grito de "Fora Temer".

Una consigna omnipresente estos días y que hace referencia al presidente interino Michel Temer, a quien la propia Rousseff llamó "líder del golpe"”, y que ha marcado cada una de las numerosas protestas contra la marcha de la antorcha olímpica en las 300 ciudades de todo el país que el fuego olímpico recorrió desde el pasado 3 de mayo. Sin embargo, los primeros compases de la antorcha este viernes estuvieron marcados por la tranquilidad la esperada subida al Cristo Redentor, donde recibió la bendición del arzobispo de Río Dom Orani Tempesta, ocurrió en medio de una gran fiesta.

También el simbólico relevo de la antorcha olímpica entre el presidente del Comité Organizador de Río 2016, Carlos Arthur Nuzman, y el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, se produjo en pleno paseo de la playa de Ipanema ante los aplausos de miles de turistas y cariocas. Un momento que, más allá de las protestas aisladas, subrayó el éxito en las primeras horas de una jornada que será decisiva para arreglar la imagen exterior del mayor evento deportivo del planeta tras un inicio marcado por los atrasos y los problemas técnicos de la Villa Olímpica.

Pero si los exteriores del mítico Maracaná parecen blindados a las protestas, poco se podrá hacer en el interior del estadio. En las redes sociales, miles de brasileños con su correspondiente entrada para la gran inauguración se organizan para gritar el mayor "Fora Temer" hasta el momento justo en el momento en el que concluya la interpretación del himno nacional que de inicio a la ceremonia. Un evento que no solamente hará resonar el estadio y los 70.000 presentes sino que podría ser escuchado en directo por los 3.000 millones de espectadores que observarán la ceremonia en directo a través de sus televisores.

Es por ello que el siempre previsor COI, conocedor de la delicada situación interna del país anfitrión, respiró aliviado ante la negativa de Rousseff de acudir a la tribuna y no dudó en limitar el discurso del presidente interno a apenas una frase de 10 segundos: "Declaro abiertos los Juegos de Río celebrando la 31ª Olimpiada de la era moderna". La pitada de la grada podría ser ensordecedora y dejar pequeña la que sufrió la presidenta Rousseff en la ceremonia del Mundial de Fútbol en 2014. Habrá que esperar como se desarrollan las próximas horas, pero lo que no hay duda es que la última gran fiesta de Brasil promete emociones fuertes.

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