La afición leonesa siempre manda en su Palacio
La grada responde a la Asobal y vuelve a dejar el pabellón bien alto para poner en valor una Copa que crece en León .
s. c. anuncibay | león
La afición siempre da la cara. Es el principal activo del club y nunca deja de creer, aunque todos los elementos estén en contra. Llenaron el Palacio, animaron desde el primer minuto y caldearon el ambiente hasta que se dieron de bruces con la realidad. Fue un bofetón a mano abierta, después de prácticamente una hora en la que sonó ese repertorio de cánticos que habitualmente surge efecto, pero ayer no era el día. El Abanca Ademar estuvo muy por debajo del nivel ofrecido en la grada, donde bailaron las bufandas al ritmo de los tambores de guerra. Recibieron a sus jugadores como si fueran auténticas estrellas de rock. Nunca claudicaron, aunque tenían motivos de sobra. Lo habían dado todo para llevar en volandas a un equipo que ansiaba la final. Un jarro de agua fría les dejó con la sangre helada. La cara del presidente Cayetano Franco era un poema en un palco más poblado de autoridades que de costumbre. La maldición del anfitrión sigue latente.