Diario de León

FÚTBOL | LIGA DE CAMPEONES

Un gran Atlético devora a la Juve

Las torres Giménez y Godín ajustician a balón parado a una gris Juventus que apenas inquietó a Oblak

Diego Godín celebra con sus compañeros su gol, segundo del Atlético ante la Juventus. RODRIGO

Diego Godín celebra con sus compañeros su gol, segundo del Atlético ante la Juventus. RODRIGO

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IÑAKI DUFOUR | MADRID
León

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Un gran Atlético de Madrid, agigantado ante un desafío enorme, anuló y devoró este miércoles al Juventus en el partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones, disparado hacia el duelo de vuelta en Turín por los goles de los uruguayos José María Giménez y Diego Godín y un sensacional 2-0.

Ganó con indiscutible merecimiento, no recibió ningún tanto en contra y llegará al Juventus Stadium con dos goles de ventaja. Un plan y un desenlace perfecto para un equipo que quiere la Liga de Campeones, que no entiende de favoritos, que fue capaz de dejar en prácticamente nada a un rival de tal talla y a Cristiano Ronaldo.

Y pese al VAR. De estreno en los octavos de final del torneo de los torneos, sin él la ventaja habría sido incluso mayor para el conjunto rojiblanco, frustrado por un tanto anulado a Álvaro Morata, concedido primero por el árbitro, antes de visionar de nuevo la jugada. Ni siquiera eso le hizo decaer. Luego logró los dos goles.

Cuando el partido enfiló el descanso, había domado esa Juventus que entró en escena en campo contrario, con desborde y con constancia, apagada en cuanto el Atlético ajustó su presión y su colocación, en cuanto afianzó su defensa —el partido de Godín fue magnífico—, en cuanto se apropió de las segundas jugadas, en cuanto encontró precisión al contragolpe y en cuanto halló a Diego Costa.

Al borde de la hora de partido, era el momento de la segunda parte del plan: Morata por Diego Costa, primero; Lemar por Thomas, después. El objetivo era transformar en el marcador un partido que sobre el terreno era suyo, mejor en cada sector que su adversario, pero sin el gol que marca la diferencia en un duelo de tal magnitud.

Lo logró el Atlético, con un sensacional testarazo de Morata en un estupendo pase de Filipe... Pero lo frustró el VAR. Después de que el árbitro hubiera señalado el gol llegó la pertinente comunicación entre minutos de tensa espera. No se lo aclaró al colegiado, que observó de nuevo la jugada. Y lo anuló.

¿Hubo empujón sobre Chiellini en el remate? Sí ¿Fue con tanta fuerza como aparentó la caída del central turinés? Ahí reside la duda de un gol que sin VAR habría subido al marcador, que alimentó la polémica de un duelo que ya sin discusión era del Atlético, que insistió e insistió hasta que logró lo que tanto buscaba: el 1-0.

Siete minutos después, cuando una serie de rebotes después de un saque de esquina le quedaron al alcance de Giménez, que se lanzó con el alma para remachar el gol del Atlético, merecido sin duda, para desatar la fiesta en el Metropolitano, agrandada instantes después, cuando Godín, impecable todo el duelo, culminó la apoteosis: el 2-0.

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