Diario de León

FÚTBOL | PRIMERA DIVISIÓN

El Madrid protagoniza otro ridículo en Leganés

Solo Modric y Benzema se salvan en un conjunto blanco desconectado de la Liga que renuncia definitivamente a luchar por la segunda plaza

Benzema aprovechó un rechace del portero para marcar el único gol del Real Madrid y evitar la derrota. KIKO HUESCA

Benzema aprovechó un rechace del portero para marcar el único gol del Real Madrid y evitar la derrota. KIKO HUESCA

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ÓSCAR BELLOT | MADRID
León

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Obligado a recomponerse de nuevo tras la inevitable admonición de Zinedine Zidane que siguió a 45 minutos de fútbol tedioso, el Real Madrid rascó un empate anodino (1-1) de su visita a Butarque y descontó una jornada más de penitencia. La mejora de prestaciones a vuelta de vestuarios resultó esta vez insuficiente para obrar la remontada pese al gol de Benzema que neutralizó el tanto que había anotado Jonathan Silva en la postrimerías de la primera parte, pero fue de lo poco que se llevó a la boca un conjunto que sobrelleva como puede la agonía de verse sin objetivos, forzado incluso a soportar la humillación de disputar un partido el lunes, algo que no le ocurría desde agosto de 2014. Decía Vicente del Bosque que Zizou era capaz de cambiar partidos sólo con su mirada cuando deslumbraba sobre el verde con su fútbol elegante. Sigue haciéndolo ahora que viste de traje y no de corto. A buen seguro le servirá la campaña venidera, porque a la actual apenas le queda echarle un cierre lo menos deshonroso posible viendo la de nuevo ramplona respuesta de sus pupilos al anzuelo del subcampeonato que lanzó el francés la víspera del choque contra el conjunto blanquiazul.

Con todos los cañones apuntando ya a la remodelación de la plantilla, casi tienen más interés los onces del Real Madrid que el juego plano que plasma sobre el césped, por las pistas que dan sobre el futuro. El de este lunes refrendó que Bale es el primero en la lista para hacer caja que maneja el ‘tesorero’ Zidane, que le sentó en el banquillo por segunda vez desde su vuelta. Se afana por recuperar a Marcelo y da cariño a Isco y Asensio, pero el galés es ya un cadáver viviente como madridista.

Apenas un oasis en medio del desierto que fue la producción ofensiva de los pupilos de Zidane en la primera parte. No estaba incómodo el Real Madrid con el Leganés replegado a la espera de un robo para lanzar la contra, pero una desconexión pudo poner por delante al cuadro blanquiazul cuando Braithwaite cabeceó un balón ante las fauces de Keylor Navas. Se le fue fuera al danés, pero ya estaba avisado el conjunto de Zidane.

Dominaban los visitantes, abocados de nuevo a una posesión estéril por su escaso dinamismo y verticalidad. Benzema y Modric eran de los pocos que se rebelaban contra la insípida propuesta del Madrid en lo colectivo, que le venía bien a un Leganés sin exigencias por mucho que a nadie disguste un dulce europeo si se pone a tiro. El tanto de Jonathan Silva, que mojó por segundo partido consecutivo aprovechando una dejada de Braithwaite y la falta de contundencia de la zaga visitante, fue el merecido castigo a un Madrid de nuevo ramplón que sólo ha dejado su puerta a cero una vez a domicilio en esta Liga, ante el Huesca, y que no sabe lo que es irse ganando al intermedio desde que retornó Zidane.

Ante el Eibar dilapidó los primeros 45 minutos y tuvo que voltear el marcador en el segundo periodo gracias a un imperial Benzema. La necesidad de enmendarse a contrarreloj es una constante de los últimos duelos del Madrid, al que le faltaba profundidad por los costados.

Tuvo que ser Modric el que desatascase por el centro, girándose de forma primorosa para meterle un balón a Benzema, que no pudo superar a Cuéllar a la primera pero sí a la segunda para firmar su decimoctava diana en Liga.

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