Recital europeo para despejar la Copa

El Abanca Ademar dejó encarrilada en Serbia la eliminatoria europea frente a una Vojvodina que pareció una marioneta al albur del equipo leonés (20-28), muy superior en todas las facetas del juego, aunque no pudo defender en los últimos cinco minutos la renta de doce goles con la que encaró la recta final del compromiso.

Fue un pequeño lunar que no debe empañar la exhibición ofrecida por los leoneses en territorio hostil, sobre todo en defensa y en la primera media hora, con un Slavic inconmensurable y una pareja impenetrable formada por Juanjo y Carou. Únicamente encajaron siete tantos en ese periodo. También rindieron en ataque. Estuvieron casi infalibles a la contra, con Mario López como un auténtico martillo pilón por el lado derecho. Hizo diez dianas el extremo.  

Además encontraron a Marchán en siete metros. El pivote, que se incorporó este curso al conjunto dirigido por Cadenas, es una garantía cuando coge el balón en su área de influencia y ayer volvió a demostrarlo con cuatro dianas. Todos estuvieron a la altura del compromiso, incluido Pedro Martínez Camí, un jugador que cuenta con toda la confianza del técnico. Apenas ha completado una semana de entrenamientos y ya le ha entregado la batuta en la dirección. El argentino es un sabueso en defensa y utiliza un guante de seda en ataque. Cuando él tiene el balón, la transición fluye. Mención aparte merece Manolo Cadenas, quien ya ha imprimido su sello personal a una plantilla que ha tenido que superar contratiempos importantes en este inicio del curso, pero ni las lesiones de tres hombres clave (Acacio, Mosic y Vieyra) han resquebrajado la confianza de este equipo.  

La quinta victoria seguida llegó ante un rival que tan solo había doblado la rodilla una vez esta temporada y que se antojaba muy complicado superarle por la fortaleza física que presenta su plantilla. Además, el largo viaje —más de veinte horas— que tuvo que realizar el Abanca Ademar para llegar hasta Novi Sad podía pasarle factura al conjunto leonés, que además venía de competir el miércoles ante el Guadalajara. Nada más lejos de la realidad. Si había alguna duda, los leoneses la despejaron por la vía rápida para allanar el trayecto hacia la próxima eliminatoria de la Copa EHF. Está prácticamente sentenciada, aunque no quedará resuelta hasta el próximo sábado en el Palacio.  

Han dado un primer paso. Importante. Ahogando a la Vojvodina desde el arranque, con un parcial de 1-4 que supuso toda una declaración de intenciones, más allá de que el equipo local consiguiera enjugar esa diferencia para empatar el partido. Los leoneses pusieron la directa cuando sobrepasaron el ecuador de ese primer acto. Volaron al contragolpe y apenas dieron aire al conjunto serbio, que veía como el Abanca Ademar abría una brecha importante por la que no dejaban de sangrar. Enfilaron el túnel de vestuarios con un contundente 7-14 que acreditaba la intensidad con la que los visitantes habían resuelto esa media hora inicial.  

Todo siguió por el mismo cauce tras el descanso, a pesar de la salida en tromba de la Vojvodina, que lo intentó al principio, pero otra vez el conjunto leonés mostró su mejor cara. Dos goles consecutivos de Tin Lucin precedieron al tiempo muerto solicitado por Boris Rojevic, incapaz de taponar la hemorragia. Los de Cadenas seguían a lo suyo y otro tanto del central croata puso al Ademar diez arriba (12-22). El técnico serbio volvía a parar el encuentro, aunque su llamada al orden no tuvo un efecto inmediato y los leoneses alcanzaron una ventaja de doce tantos con apenas siete minutos por delante.  

Fue en ese momento cuando sufrieron el único bajón, que lo aprovechó bien la Vojvodina para maquillar el resultado y dejar la eliminatoria con un pequeño hilo de esperanza, aunque esos siete goles deberían ser un botín suficiente para sentenciarla en el Palacio el próximo sábado 12 de octubre. Antes habrá que viajar a Sagunto, donde juegan este miércoles. Casi no tendrán tiempo para entrenar. La expedición ademarista llegará a León sobre la medianoche de hoy y el martes tendrá que echarse de nuevo a la carretera. Europa exige doblar la jornada y, de momento, los leoneses tienen el colmillo afilado. Cabalgan a lomos de un escudo que no permite ahorrar esfuerzos. Mucho menos con Cadenas al mando.