«Sueño con disputar unos Juegos y cada día estoy un poco más cerca»

Referente del curling nacional y uno de los protagonistas del auge y éxito español a nivel internacional, Eduardo levantaba hace unas fechas el trofeo de campeón de España junto a sus compañeros del Txuri Berri. El cuarto consecutivo para sus vitrinas y la más clara demostración de que tiene calidad y ambición para seguir dando pasos hacia adelante.

—¿Qué supone para ti el ser considerado como uno de los jugadores españoles más importantes?

—Ante todo mucho orgullo. Me ilusiona y reconforta. Cuando empecé gracias a mis padres Eduardo y Beatriz, también apasionados y jugadores de este deporte, apenas había equipos y sitios donde jugar. En España tenía muy poca difusión y eso supuso que tuviera que luchar más que otros para poder abrirme uy hueco y junto a un puñado de jugadores empezar a levantar muros y a construir un futuro que creo que en los próximos años será muy bueno.

—Año tras año el número uno parece cosa vuestra. ¿Cuesta mantenerse en lo mas alto?

—Bastante. Para ser el primero tienes que tener calidad pero también formar parte de un grupo consistente. Y trabajar día a día. La gente que viene detrás y los que están luchando desde hace años contra ti a nivel deportivo también tienen sus argumentos y potencial. Por eso ganar un año es difícil pero hacerlo más veces es algo que conlleva estar perfectos mucho tiempo y no descuidarte.

—Tus padres fueron los que te metieron el gusanillo en este deporte. Y también los que te apoyan de manera incondicional.

—Gran parte de culpa, en el mejor sentido de la palabra, la tienen ellos. A ambos les apasionaba y sigue haciéndolo este deporte. Juegan, entrenar y además sin ser amor de hijo, lo saben todo del curling. En su día ellos fueron los impulsores de este deporte en León creando un club. Y yo, de verlos, empecé a apasionarme por él hasta que ha pasado a formar parte de mi vida. Además siempre me han apoyado, en los momentos buenos y también en los malos. E incluso han costado un gasto que en los primeros años, al ser este un deporte minoritario en España, ha sido notable para poder viajar, entrenarme…

—Pocos pueden decir que tienen una plata europea como tú.

—Es algo que recordaré para siempre. Fue en el campeonato júnior con España. Íbamos al torneo a demostrar que teníamos ganas y calidad para hacer cosas importantes. Pero el podio eran cosas mayores. El resto de equipos nos veían como se puede decir desde un pedestal superior. Pero conforme fue desarrollándose la competición empezaron a comprobar cómo nos las gastábamos. También ha pasado estos años cuando ya di el salto a la selección absoluta. Ahora España ya no es un convidado de piedra. Y prueba de ello es que llevamos unos años quedándonos a las puertas de la máxima categoría. Y creo que está cada vez más cerca alcanzarla.

—Para todo deportista el poder disputar unos Juegos es la cima. ¿También para Eduardo de Paz?

—Sin duda. Y poco a poco vamos acercándonos a ese objetivo. A corto plazo no podrá ser porque aún nos queda cierto camino por recorrer. Pero creo que en próximas ediciones puede ser posible. Lo importante ahora pasa por seguir creciendo. Ascender a la máxima categoría cuanto antes. Luego ir al Mundial y de ahí a dar el salto a los Juegos de Invierno. Sería la culminación de un trabajo que llevamos años realizando y que poco a poco nos ha ido acercando a la élite del curling.

—Llevas ya un tiempo en Escocia al lado de uno de los mejores jugadores del mundo. Supongo que será un orgullo el que se haya fijado en ti.

—Y además tengo que agradecerle mucho. Hasta que pude encontrar un equipo él me hizo hueco en el suyo. Me dio la mano y a su lado he podido aprender muchas cosas.

—¿Cuál es la clave para que Eduardo de Paz junto a sus compañeros del Txuri Berri sean los número uno?

—Más que por la calidad por el grupo que conformamos. Llevamos la mayoría de nosotros muchos años juntos. Somos como una familia y ahí radica buena parte del éxito. Y de que este se prolongue a lo largo del tiempo. Nos conocemos todos muy bien. Cada uno sabe su cometido y también cuando debe arrimar el hombro por un compañero.

—En España seguro que no, pero en otros países ¿se puede vivir del curling?

—En las principales potencias sí. No es mi caso que tengo que compaginarlo con los estudios y el trabajo. Pero este deporte es mi vida y mientras tenga ilusión seguiré de una u otra forma jugando y practicándolo. Hasta ahora a pesar de la exigencia he podido compaginarlo bien y deseo que así sea por mucho tiempo.

—¿Te ha costado mucho dinero el curling?

—Hasta hace muy poco sí. Y en gran medida a mis padres. Al ser poco conocido en España para poder practicarlo y entrenar, también para jugar contra otros equipos y seguir progresando.

—¿Cómo te está afectando el problema global del coronavirus?

—En cuanto a la competición al estar ya en la recta final poco. Pero sí en el hecho de que tengo que volver a España y con paciencia esperar a que ojalá todo se solucione pronto. Luego ya pensaré en el futuro que a buen seguro está fuera de España.