Zabel se desquita con Freire

Tanto Weseman, como Danilo Hondo y Gian Mateo Fagnini le hicieron una labor de orfebrería y a Oscar Freire no le quedó más remedio que pegarse a cara descubierta con Zabel. No es que Mapei no le allanase el terreno, que lo hizo. La cuestión es que Zabel en esta ocasión no perdió la rueda de ninguno de sus lanzadores y Freire tuvo que andar saltando de rueda en rueda para ver por donde tiraba. Iba remontando a Erik Zabel, pero le faltaron más metros: «Me he movido un poco tarde y cuando he arrancado, Zabel ya me había cogido una diferencia importante. Me estoy encontrando mejor. Le he ido remontando y ya no había posibilidades de progresar más. Me tengo que colocar a rueda de Zabel para remontar y hoy el ha sido más fuerte». Gian Matteo Fagnini, el lanzador de Erik Zabel, rozó a Freire y eso le desequilibró un poco al corredor cántabro. Le sancionaron por maniobras incorrectas en el sprint con 200 francos de multa. La etapa, los 195 kilómetros, volvieron a cubrirse a una velocidad de vértigo, con una media horaria de 45,493 kilómetros por hora. Zabel alababa la actitud de Oscar Freire: «Esta muy fuerte y el final de etapa ha sido bastante duro. Hemos tenido mucha presión al comienzo del Tour, porque llegaba a Alemania la carrera y eso nos ha perjudicado. Ayer Freire no tuvo ninguna posibilidad de ganarme». El ciclista alemán ha sumado este año, hasta el momento, catorce triunfos, e iguala a Lance Armstrong y Mario Cipollini en doce victorias. Son los tres corredores en activo que más triunfos llevan. Zabel suma 156 victorias y sigue ampliando su palmarés, aunque también es cierto que cada vez necesita estar más arropado para poder ganar. No hay que olvidarse de los seis maillots verdes que lleva conseguidos en el Tour. Las dos etapas que quedan antes de la contrarreloj pueden deshacer el empate entre los hombres rápidos. McEwen, Freire, Kirsipuu y Zabel han conseguido una victoria cada uno y quedan todavía hombres rápidos por ganar, lo que demuestra la igualdad que hay entre ellos. Dependiendo del día, del momento, la situación oscila. Desde el mismo inicio de la etapa hubo ataques y caídas, las dos constantes que no abandonan el pelotón del Tour en la primera semana. Hubo más intentos, pero en una etapa de 195 kilómetros, las fugas no pueden empezar a cocerse antes de los cien primeros kilómetros. La razón es muy sencilla. Si se forman muy pronto pueden coger muchos minutos y aumentarían el desgaste del líder.